Estoy segura de que la inmensa mayoría de los vecinos de esta ciudad no ha asistido nunca al concurso de tamborada que organiza la Federación de Asociaciones del Carnaval Pacense (Falcap) y que salvo los que están inmersos en el colectivo, pocos más conocen cuántas ediciones se han celebrado ya, cuántos grupos han participado este año o cuáles fueron los ganadores. Esta cita se ha ido haciendo hueco poco a poco y por méritos propios en el programa del Carnaval de Badajoz y a pesar de la incuestionable calidad musical que los entendidos reconocen entre los percusionistas que participan, de la innegable llamativa puesta en escena y de las atractivas y trabajadas coreografías que lucen, la tamborada ha sido más mediática por los conflictos que ha generado allí donde se ha celebrado.

Originalmente se convocaba en Santa Marina, coincidiendo con la fiesta de las Candelas de esta barriada. Durante 14 años fue ésta su sede. Pero sin pensar en el barrio y en sus tradiciones, quienes mandaban en la asociación de vecinos y entonces en la Falcap no supieron ponerse de acuerdo y en el 2004 las comparsas decidieron marcharse de este lugar y buscar otra ubicación. El motivo del desacuerdo que trascendió fue económico. Al parecer, las comparsas pedían que el fondo destinado a premios se repartiese por igual entre todos los grupos participantes para cubrir gastos. La directiva vecinal tachó de «peseteros» a estos carnavaleros y no movió un ápice su postura. Se arrepintió, pues dos años después rectificó. Dio marcha atrás y ofreció a los grupos una cantidad si volvían a su fiesta. Pero era demasiado tarde: la tamborada ya tenía un compromiso con la margen derecha, que había recibido con los brazos abiertos este concurso para completar su fiesta de las Candelas.

Se ve que el tope de las relaciones que mantiene la federación del Carnaval es de 14 años, pues también es éste el periodo que ha durado su idilio con la margen derecha. El año pasado fue el último en el que la tamborada se celebró en el parque de San Fernando. Ya entonces, antes de que tuviese lugar el concurso y ante las previsiones (fundamentadas) de lluvia, que se cumplieron, la Falcap propuso trasladar esta cita musical al teatro López de Ayala el sábado de Carnaval, que es el día en el que el programa de actividades está más abierto. Pero ha pasado un año y, al menos públicamente, no se ha vuelto a hablar del tema. Se ha sacado a la palestra hace un par de semanas. La Falcap, unilateralmente, decidió que este año no haya tamborada en la margen derecha y su pretensión era que se celebrase en la plaza Ata. Pues bonitos son los vecinos del Casco Antiguo para que le sumen una fiesta más y encima ruidosa. La sentencia contra la alcaldesa de Cáceres quema aún y el ayuntamiento pacense tiene claro que no va a añadir más leña al fuego. De la opción del López de Ayala ya nadie se acuerda. Los vecinos de San Fernando han sido los últimos en enterarse pero, para no añadir discordia a una cita festiva, han preferido callar en público, antes que lanzar sapos y culebras contra quienes los han dejado plantados a pocos días de las Candelas. Tampoco el ayuntamiento ha querido hacer sangre. La solución provisional ha sido que la tamborada se celebre en Ifeba. Desde luego, ahí los instrumentos no se mojan, pero dudo mucho de que ése sea el espíritu de una convocatoria tan popular como es el Carnaval. Un lugar tan alejado solo invita a asistir a familiares y amigos de los concursantes y deja de ser una fiesta de la ciudad. Solo de ellos y para ellos. ¿Será eso lo que quieren?.