A las personas de una cierta edad, la obra La Casa de Bernarda Alba , de Lorca, no les parece algo ajeno. Las mujeres, sobre todo, la ven con cierto recelo por cómo se vivía hace sólo unas décadas y alivio porque esa cerrazón y opresión hoy queda lejos, pero sigue vigente por la condición humana. Así lo han visto los alumnos del taller de teatro de la Universidad de Mayores, que llevan dos cursos trabajando en ella y que la estrenan mañana en el López.

El grupo, dirigido por el alumno Anastasio Cortés, cuenta con un elenco de 16 actrices, alumnas, que, según confiensan tres de ellas: Maruja Núñez (en La Bernarda), María Eugenia Torrado (en Adela) y Mariqui Pérez (en La Poncha), siempre han tenido inquietudes y cierta tendencia a la dramatización, aunque no han pisado un escenario hasta iniciar esta experiencia.

Cortés explica que la elección de la obra, además de "por la sencillez del lenguaje de Lorca, que llega a todo el mundo", fue porque "me encontré con un puñado de mujeres y para trabajar todas es adecuada y la conozco bien".

Mariqui Pérez es, como sus compañeras, pionera en la Universidad de Mayores y cuenta que "desde chica he sido muy teatrera y cuando había alguna función en el colegio siempre me apuntaba. He tenido seis hijos, 13 nietos y eso lo había aparcado, pero cuando tuve que elegir taller, elegí teatro con los ojos cerrados".

María Eugenia Torrado era profesora y "en el colegio hemos actuado mucho con los niños, siempre me gustó el teatro", dijo apoyando a su compañera, mientras ambas señalaban divertidas a Maruja Núñez en su papel, asumido, de La Bernarda, quien contó que "al principio no quería ir porque mi marido es profesor y eso de estar todo el tiempo juntos..., pero ahora me alegro".

Para Mariqui Pérez, la obra "es muy actual; envidias, celos, pasiones, hay de todo y nos recuerda las costumbres antiguas; cualquiera que haya vivido esa época se siente retratada". A María Eugenia Torrado, la obra le pareció "al principio muy dura, pero la hemos ido estudiando y me ha calado muy hondo, cuando representamos me meto en el personaje y me lo creo", explicaba. Pero el ejercicio teatral les produce otros beneficios, además de crecer, como dice Cortés en el folleto diseñado por Pedro Gómez Pompa. Y es que, según Mariqui Pérez: "nos ha venido muy bien para memorizar; antes hacía la lista de la compra y luego no me acordaba; ahora me acuerdo de todo".