El envejecimiento de la población y la incorporación de las personas con discapacidad a la vida activa está obligando a las distintas instituciones a afrontar cambios estructurales en calles y edificios para hacerlos accesibles. Si ya inició el proceso de adaptación la Administración, ahora le toca el turno a la Iglesia, que debe acometer algunas actuaciones para hacer la vida más fácil a aquellos feligreses con problemas de movilidad, según mantiene la Asociación para la Atención y la Integración Social de las Personas con Discapacidad Física, Apamex.

Esta asociación ha realizado un estudio que pone de manifiesto que casi la tercera parte de las iglesias que hay en Badajoz no cumple la Ley de Accesibilidad. De las 23 parroquias existentes, 8 no son accesibles porque presentan alguna barrera arquitectónica. "Aunque no parecen muchas, para las personas con discapacidad es un número muy alto", según el responsable del Area de Accesibilidad de Apamex, Jesús Gumiel, quien reconoció que mientras que en Badajoz los párrocos ya han tomado conciencia del problema, "la situación en el resto de la provincia es bastante diferente, muy pocas son accesibles".

PEOR EN LOS PUEBLOS En la capital pacense se han construido en los últimos años parroquias nuevas que ya cumplen la normativa, "sin embargo en aquellos pueblos donde no ha habido un crecimiento urbanístico importante, las parroquias son las que están desde hace un montón de años", señaló.

Según el informe de Apamex, los problemas se aprecian en aquellas más antiguas, algunas ubicadas en enclaves históricos, como es el caso de la parroquia de la Concepción o la de San Andrés. En la primera hay tres escalones a la entrada, para lo que su párroco, Andrés Fernández, está buscando ya alguna solución, según declaró a este diario, y en el caso de la segunda hay un escalón. En la de San Roque hay dos escalones, al igual que en la parroquia de la pedanía de Villafranco. Existen casos en los que se han adoptado medidas pero no han sido las adecuadas, por lo que después del esfuerzo sigue sin cumplirse la normativa, como ocurre en cuatro iglesias concretas, según Jesús Gumiel.

En la iglesia de San Juan Macías hay cinco escalones y se construyó una rampa en una puerta lateral, "el problema es que han puesto una cancela y hay que avisar para que te abran, con lo cuál tienes que depender de alguien para poder entrar". En el caso de las parroquias de San José, San Pedro de Alcántara, y San Fernando y Santa Isabel, las rampas y el acerado se encuentra en mal estado.

Las quejas planteadas por algunos feligreses y el hecho de que los párrocos busquen soluciones de forma aislada e individual, ha llevado a Apamex a solicitar al arzobispado que elabore un estudio de necesidades y un plan integral de accesibilidad para todas las parroquias de la provincia. "Le proponemos que suscriba un convenio con Apamex, o incluso lo haga el mismo arzobispado por su cuenta, y una vez se cuantifique se busquen fórmulas para financiar esas obras, nosotros nos ofrecemos para prestar apoyo y asesoramiento", según el representante de esta asociación, quien está a la espera de una respuesta.

La intención es que dentro del convenio que mantiene el arzobispado con la Consejería de Cultura para aquellos asuntos relacionados con el patrimonio se incluya alguna partida presupuestaria para reformar las iglesias y hacerlas accesibles.

LLEGAR AL ALTAR Las dificultades que se presentan para el desplazamiento en el interior de los templos, "también tienen soluciones sencillas, a veces con pequeñas rampas se pueden salvar escalones de pocos centímetros y permitir así que las personas que van en sillas de ruedas y se van a casar o a participar en algún acto litúrgico puedan acceder hasta el púlpito o el altar", explicó.

En Badajoz hay unas 9.000 personas con problemas de movilidad. El 7% de la población pacense tiene algún tipo de discapacidad, de ellas el 66% es física. En este colectivo se incluye a un importante número de personas mayores. "Se está dando el caso de matrimonios de ancianos en los que uno de los cónyuges se desplaza en silla de ruedas y necesita del otro para ir a misa, pero si su pareja es también mayor tiene dificultades para empujar la silla, por lo que no pueden ir a misa si no son ayudados por terceras personas", según Gumiel, quien destacó que en la mayoría de los casos las obras que hay que hacer en las iglesias "no son de gran envergadura ni demasiado costosas, además se puede buscar financiación".