El niño de 13 años que resultó herido de gravedad como consecuencia de haber recibido dos descargas eléctricas del cableado de en un transformador de alta tensión, la tarde del pasado lunes, en el parque de La Viña --sita en la plaza Padre Eugenio--, en la barriada pacense de El Gurugú, fue trasladado ayer al Hospital La Paz, de Madrid, «por decisión de los cirujanos que le intervinieron», por considerar éstos que «debe continuarse el tratamiento en una Unidad de Quemados especializada», según confirmaron fuentes del SES.

El menor, que fue atendido en el lugar del suceso en un primer momento y fue llevado después en una unidad medicalizada --movilizada por el Centro de Emergencias 112-- al Hospital Materno Infantil de Badajoz, fue intervenido de urgencias y después quedó ingresado en la UCI Pediátrica hasta su posterior traslado al hospital madrileño.

El SES señaló que había sufrido dos descargas eléctricas y presenta quemaduras de segundo grado, que afectan a un 20% de su superficie corporal -mano, muñeca, cara y cabeza-, así como traumatismo craneoencefálico por golpearse con algún objeto en la cabeza.

Además, en el rescate, una vez que algunos vecinos intentaron ayudar al pequeño sin que pudieran lograrlo, pues había quedado atrapado en el interior de la caseta --a la que habían entrado varios niños que se encontraban jugando en el parque de La Viña--, colaboraron miembros de la policía local y nacional y los bomberos, resultando tres agentes y dos miembros del Servicio Contra Incendios heridos con quemaduras superficiales, al recibir sendas «descargas con entrada y salida de corriente», según el SES.

ALTA A LOS POLICÍAS / Uno de los policías recibió el alta esa misma noche, mientras que los otros cuatro adultos quedaron en observación en el Infanta Cristina hasta la mañana de ayer, que fueron dados de alta.

El suceso se produjo poco antes de las 20.00 horas del pasado lunes. El 112 recibió una llamada de auxilio a la 19.58 horas, y policía y bomberos estaban en el lugar poco después. Fueron varios los menores que jugaban en el parque y entraron en la caseta del transformador de Endesa, posiblemente a través de una rejilla de ventilación, y poco después salieron todos menos uno, que había quedado atrapado.

Tras un intento de los vecinos de ayudar al pequeño, llegaron los agentes y los bomberos, que intervinieron en el rescate tirando del menor para sacarlo, momento en el que sufrieron todos las descargas.

LOS VECINOS NO CULPAN A NADIE / Fuentes vecinales manifestaron ayer que el accidente «no tiene relación, en principio, con el estado de dejadez del parque, que está realmente abandonado, pero la caseta, que es de Endesa, estaba cerrada y tenía visibles las señales de peligro, por lo que alguien debió retirar el marco por donde entraron los niños y que los técnicos de Elecnor, subcontrata de Endesa, volvían a cerrarla tras el suceso».

Añadieron estas mismas fuentes que en ocasiones anteriores han entrado toxicómanos y personas que iban a robar cobre, «pero ahora estaba cerrada». No obstante, lo que sí echan de menos es «que haya un guarda, como hubo cuando se inauguró el parque, que ahora está destrozado. «En ese caso, si hubiera estado abierto el hueco de ventilación podría haber avisado para que lo cerraran, o impedir el acceso al mismo», indicaron.

En este sentido, el concejal de Medio Ambiente, Antonio Ávila, manifestó que «se hizo el parque con un coste de 600.000 euros, y se arreglaron todos los daños que causaron, con un coste de otros 20.000 euros, pero está arrasado y no está previsto volverlo a arreglar». E indicó que «habría que poner vigilancia las 24 horas del día y eso no es posible, no se puede hacer».

OBRAS DE ENDESA / Así mismo, Endesa respondió a este diario que el centro de transformación en el que se produjo el accidente tiene una reja de ventilación con un chapa antivandálica detrás.

Fuentes de la compañía indicaron que «en abril instalamos un telemando en ese centro de transformación, un aparato para el control remoto de la red, y se puso también la rejilla de ventilación con la placa antivandálica, ancladas».

Señalaron dichas fuentes que la puerta «está siempre cerrada y solo puede acceder el personal con sus llaves»; que la instalación está «señalizada con carteles de peligro y prohibición del paso», así como que «además de las obras en abril, se han hecho después varias revisiones conforme a la normativa vigente».