Un tren que realiza el servicio regional desde Badajoz a Mérida y a Cáceres y que se encontraba en los depósitos de la estación de ferrocarril de la capital pacense descarriló la noche del pasado viernes sin que hubiera que lamentar daños personales. Así lo confirmaron al menos fuentes de Renfe y del personal de la propia estación de la ciudad. Fue un convoy de los que los trabajadores ferroviarios denominan camellos , por los salientes que tienen en el techo, y que en esos momentos no estaba de servicio; no entraba ni salía de la zona de circulación.

Se trata de un tren con dos cabezas tractoras de pasajeros que había salido de los depósitos porque un mecánico --que tampoco resultó herido-- lo había sacado de los mismos para realizar unas maniobras. Fue entonces cuando por alguna causa que no ha trascendido, se salió de los carriles justo enfrente del edificio terminal de la estación, al haberse "desplazado un eje", según las citadas fuentes. El tren quedó varado en ese punto cuando era ya de noche, a las 22.40 horas.

El accidente tuvo como consecuencia la suspensión de las salidas de trenes de la mañana siguiente, motivo por el que los que hacen el recorrido de Badajoz a Mérida y Cáceres hubieron de suspender sus salidas, al estar ocupada la vía que utilizan habitualmente para esos servicios.

Esta situación obligó a la empresa, a la dirección de Renfe, a prestar el servicio por carretera, de modo que los pasajeros que debían tomar algunos de los trenes afectados ayer por la mañana --a las 7.00, a las 8.55 y a las 12.40 horas--, tuvieron que ser trasladados a sus puntos de destino en autobús.

Un equipo de operarios y técnicos de Renfe trabajó durante la mañana de ayer, ayudados por un tren grúa desde una vía paralela a la que se encontraba el accidentado, para devolverlo a los carriles. De eso modo, poco después de la una de la tarde los trabajadores lograron su objetivo y pudieron devolver el tren a los depósitos de la estación por su propios medios.