El Tribunal Supremo acaba de garantizar la continuidad del restaurante Galaxia en su ubicación actual, en la avenida de Villanueva, donde la estirpe de Pepehillo, su fundador, tiene una de las cocinas más reconocidas de Badajoz. «Estamos muy contentos, felices porque hay 15 familias que podrán seguir trabajando», manifestó tras conocer la sentencia José María Martínez, hijo de Pepehillo, que se quedó con el restaurante poco después de su apertura por tres socios que lo llamaron para que se hiciera cargo de la cocina y luego le ofrecieron quedarse con el negocio. Él lo asumió con su esposa y su hijo José María, que tenía 17 años, por lo que decidió emanciparlo y estar los tres como empresa desde el primer momento, explicó a este diario José Manuel Rubio Gómez-Caminero, el abogado que ha llevado el caso y que lo ha ganado primero en un juzgado de primera instancia, después en la Audiencia y ahora en el Supremo, tras los sucesivos recursos de los dueños del inmueble.

El restaurante Galaxia abrió en 1982 y fue en 1984 cuando se quedó con él Pepehillo, con su esposa y su hijo José María Martínez. A finales de 2014 se cumplía el plazo de 20 años que recogía la ley a la que se acogieron los dueños del local para reclamar su desalojo.

Gómez Caminero explicó que esa misma ley contiene un apartado que indica que si los inquilinos ocupaban el inmueble antes de 1985 --como es el caso-- podían seguir haciéndolo, siempre que mantengan la actividad, hasta la jubilación o la muerte. «Y eso es lo que ha entendido el Supremo». Ahora, el alto tribunal, pero antes también lo entendieron el juzgado de primera instancia y la Audiencia cuyas sentencias han sido ratificadas. El fallo del Supremo desestima así el recurso de casación interpuesto contra la sentencia de la Audiencia y condena al recurrente al pago de las costas.

Martínez recordó que su padre «falleció el 3 de agosto de 2008; ahora se cumplen diez años»; que su legado ha pasado a él y a su hermana, además de que hay otros familiares trabajando con ellos: «Somos una empresa familiar», dijo. Y valoró que «llevamos 36 años trabajando; mi padre creó una clientela portuguesa muy buena, como la de aquí, que es muy familiar; yo suelo decir que yo soy del Atlétic pero esto es la Champion». Y añadió su reconocimiento a la labor de José Manuel Rubio Gómez-Caminero como abogado que se hizo cargo del desarrollo de la causa judicial, de quien dijo «que es amigo, uno más de la familia».