Desde hoy podrá verse por las calles de Badajoz un autobús urbano que en apariencia nada tiene que ver con los vehículos de la concesionaria, Tubasa, pues no es verde, es más alto y lleva impreso en los laterales Badajoz por un transporte limpio. 100% eléctrico. Cero emisiones. Se trata de un autobús eléctrico que el ayuntamiento va a probar durante diez días, hasta el 25 de noviembre, para comprobar si puede prestar el servicio que se le requiere y a partir de ahí, realizar un estudio económico que justifique la posibilidad de presupuestar su adquisición. Estos días cubrirá de forma alternativa las líneas 4, 5 y 7.

El flamante vehículo (Irizar i2e) fue presentado ayer en la plaza de España por el alcalde, Francisco Javier Fragoso, y el gerente de Tubasa, Julián Pocostales. Los primeros en subir y realizar un recorrido fueron escolares de tercero de Infantil del colegio Santo Ángel, que se mostraron entusiasmados con la excursión.

Fragoso explicó que este autobús, al ser 100% eléctrico, produce «cero emisiones» a la atmósfera. Recordó que ya probaron otro autobús, en aquella ocasión de origen chino, pero como tenía matrícula extranjera la normativa no permitía que circulase con pasajeros. En esta segunda demostración, el fabricante, que es vasco, ha cedido un vehículo con matrícula española, que ya puede incorporarse a las líneas del transporte urbano con usuarios, lo que permitirá medir su eficiencia en las paradas, subidas, bajadas y arranque y conocer si se adapta a las demandas de Badajoz. «Todo apunta -según el alcalde- a que por nuestra orografía y por las necesidades será suficiente».

El problema vendrá cuando haya que comprobar si salen las cuentas, pues el ayuntamiento asume el incremento de costes a través del equilibrio financiero de la concesionaria o subiendo las tarifas. Un autobús eléctrico cuesta «el doble» que uno «normal», en torno a 400.000 euros (solo la batería, más de 250.000). Esta importante inversión debe sostenerse en la ampliación del periodo de garantía a la vida útil, pues las ayudas que el Gobierno central contempla apenas alcanzan los 6.000 euros, según Fragoso. Pocostales apuntó que el ahorro diario en combustible ronda los 100 euros. La recarga se produciría en las instalaciones de El Nevero. Su independencia es de 16 horas y la carga, que se realiza de noche, dura 7 horas. El principal cambio que percibirían los pasajeros y los vecinos de las paradas es el silencio. Para el alcalde, lo más importante es que supondría «un paso más» en el compromiso de la ciudad con el medio ambiente y la sostenibilidad. «Si salen las cuentas, merecerá la pena pensando en las generaciones futuras», apuntó. Dos de los 44 autobuses de Tubasa ya son híbridos.