Parece obligado asistir a Fitur cada año intentando mostrar novedades y alguna que otra ocurrencia. Todo el mundo tiene su opinión sobre cómo se debería hacer, si el mensaje es el correcto y si se le da el protagonismo que merece cada ciudad o producto. El expositor de Extremadura es muy modesto en relación a la presencia de otras comunidades, y también cada uno tendrá su criterio si Extremadura debe tener mayor presencia o con lo que ya se gasta hay más que suficiente o habría que cuestionar incluso la presencia.

Como esta columna está enfocada a Badajoz, no voy a dejar de opinar sobre la importancia que se le da a la ciudad transfronteriza en relación a otros destinos de Extremadura. Y sin minusvalorar otros atractivos de la región, Badajoz tiene una escasa presencia y reconocimiento turístico. Se pensará que otras zonas de la región requieren más ayuda porque su única alternativa es el turismo, y Badajoz ya tiene muchos otros recursos. Es evidente que impulsando el turismo de Badajoz y usándolo como locomotora puede potenciarse aún más otras zonas. Como para vender Badajoz no se deben obviar Elvas y ciudades próximas.

La situación periférica de Badajoz no es razón suficiente para ignorarla, sino al contrario, es una técnica de venta situar productos atractivos al final del espacio para provocar desplazamientos internos e incitar al consumo. En Extremadura se está potenciando el uso de recursos concretos muy especializados, que en muchos casos dejan poco dinero, frente a integrar productos complementarios que prolonguen la estancia y el gasto y refuercen el atractivo.

No voy a describir los recursos que tiene la ciudad, y especialmente los que son coherentes con los conceptos esenciales de Extremadura; patrimonio, naturaleza y gastronomía y en todas estas líneas Badajoz tiene ya mucho que ofrecer. El viejo patito feo se está convirtiendo en cisne.

Pero evidentemente tenemos una gran desventaja. Somos la ciudad peor comunicada de España. Y ese problema tenemos que solucionarlo por delante de todos los demás. Sin buenas comunicaciones el turismo será residual.