Mañana, miércoles, se inaugura en Madrid la Feria Internacional de Turismo, una de las citas más importantes del mundo. Quienes piensan que tienen algo que enseñar, vender o promocionar, acuden a Fitur a sabiendas de que es un inmejorable escaparate. La presencia de Badajoz en Fitur nos lleva a reflexionar sobre sus posibilidades turísticas. ¿Qué es lo más importante que tiene Badajoz para atraer visitantes? ¿Cómo podemos seducir a quienes nos visitan? ¿Son los monumentos, los eventos, la gente, el entorno, las fiestas, la gastronomía o la ciudad entera nuestra mejor oferta? Sabemos que en Mérida tienen sus huellas romanas todo el año y en verano, el Festival de Teatro Clásico. Sabemos que en Cáceres tienen su ciudad monumental y, ahora, por ejemplo, la capitalidad gastronómica. Pero, ¿qué tiene Badajoz para ser la ciudad la extremeña con mayor número de visitantes o, dicho de otra manera, tiene suficiente como para no envidiar nada a las otras ciudades de Extremadura?

En el ámbito de la gastronomía, es verdad que no tenemos Atrio, perteneciente al universo de las estrellas Michelín, pero Galaxia, El Sigar, Marchivirito, Lugaris, Sanxenxo, Lo Nuestro, Azcona y otros tantos tienen capacidad para sorprender agradablemente a cualquiera. Los hoteles, son de primera categoría y hay locales para copas, repartidos por toda la ciudad, que ofrecen posibilidades de sobra. El Casco Antiguo (La Casona en la Plaza Alta, la Plaza de la Soledad y el Dadá, por ejemplo), Santa Marina (Plaza de los Alféreces y alrededores), Valdepasillas (Sinforiano Madroñero y su entorno) o la Urbanización Guadiana (desde los pubs de la zona hasta el Centro Comercial Conquistadores) se han convertido en centros de diversión para todos los gustos y bolsillos, con alicientes que van más allá de las propias copas, como los conciertos, exposiciones y monólogos. Los rincones, el patrimonio artístico y los espacios monumentales, que están poniéndose en valor, sorprenden a los visitantes y el turismo sanitario (un auténtico descubrimiento), la ciudad como destino de compras (más importante de lo que muchos creen) y la posición transfronteriza (de donde Badajoz también saca partido) completan un escenario para tener cuenta, sin nada que envidiar y sin hueco para el complejo de inferioridad. Badajoz es un destino turístico de primera magnitud porque, además, la singularidad de sus fiestas -Carnaval, Semana Santa, entre otras- y el carácter de sus gentes le aportan virtudes que bien merecen un viaje.