La palabra UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) suele provocar rechazo en la población. La mayoría de las personas tienen la creencia de que ir a este lugar del hospital no puede dar un buen resultado.

Con el fin de erradicar esta idea "errónea", la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) ha echado a rodar un autobús transformado en UCI móvil por 15 ciudades españolas. Ayer recaló en Badajoz, donde abrió sus puertas para mostrar las prácticas y la tecnología que emplean con pacientes críticos o graves en estas unidades.

Aunque la UCI es un servicio desconocido dentro del hospital, es un lugar donde se da vida y no al que un paciente va a morir. Esa es la idea que esta sociedad quiso trasladar ayer a los pacenses, que pudieron comprobar cómo los especialistas de Medicina Intensiva trabajan en un box cuando una vida está al límite.

Elena Gálvez, médico residente de Medicina Intensiva, explicó a todo el que se acercó las funciones del respirador, de las gomas de infusión de medicación o la utilidad de monitorizar al paciente para ver los cambios en su situación clínica. "Este es un box simplificado, al que se le pueden sumar otros aparatajes como máquinas de diálisis o máquinas que suplen la función hepática".

El objetivo de esta iniciativa es "abrir la ventana cerrada de lo que son las UCIS en el sistema sanitario", según Cristóbal León, presidente de la Semicyuc, además de promocionar esta especialidad, que es relativamente joven, sólo tiene 32 años en España.

León destacó que el índice de supervivencia en las unidades del país ronda el 86%.

Por las dos unidades de Badajoz, ubicadas en el Infanta Cristina y el Perpetuo Socorro, pasan unos 2.000 enfermos al año y la tasa de ocupación media supera el 70%, "un número adecuado y aceptable", según el jefe de la UCI, José Antonio Juliá, quien reconoció que en determinadas épocas del año "hay picos asistenciales y se supera el cien por cien, lo que supone una sobrecarga". La supervivencia en estas unidades supera el 80%.