El rector de la Universidad de Extremadura (UEx), Francisco Duque, no quiso valorar ayer el auto de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) que recrimina a la institución por la presentación de un incidente de nulidad de todo lo actuado en relación con el caso del cubo de Biblioteconomía, petición que por otra parte rechaza, pero aun sin valoraciones ya hay consecuencias.

La Uex se plantea desde ya no admitir nuevos alumnos en las titulaciones de Biblioteconomía, Documentación y Comunicación Audiovisual el próximo curso si el derribo de una parte del edificio que alberga la facultad se ejecuta antes de que disponga de un edificio alternativo que albergue dicho centro, que cuenta con más de 500 alumnos y decenas de profesores. Así lo manifestó ayer el rector a este diario, al tiempo que insistía en la imposibilidad de mantener la actividad docente en estas condiciones de inestabilidad.

Duque dijo que él no es jurista y no entrará en valoraciones de ese ámbito, aunque se hizo eco del fallo "en lo que dice que se nos cedió el edificio cuando ya estaba en marcha el pleito que planteó la Junta de Extremadura. Yo acepto lo que haya que aceptar, porque a mí lo que me preocupa es la formación de los chicos". Y añadió que "no se trata de trasladar a un grupo de alumnos o un aula; se trata de un centro con estudiantes y profesores, despachos y estudios".

SIN SOLUCION Señaló también el rector que "nosotros no disponemos de una solución ni ahora, ni en tres ni en ocho meses, ni un año, porque todos sabemos lo que tarda la Administración en poner en marcha un proyecto", en relación a la construcción de un nuevo centro. La UEx no tiene una alternativa a mano para el caso de que el derribo fuera inminente, por lo que "tendremos que parar la entrada de nuevos alumnos a la facultad. No podemos engañarlos".

Mientras tanto, la universidad intentará cumplir el compromiso que tiene con los actuales alumnos de la mejor forma posible, "pero nos pueden decir que en esas condiciones, no. Seguiremos como podamos", dijo Duque. Además, planteó que parece "que a nadie le importa la situación de la universidad y los estudiantes. Nosotros tenemos que velar por ellos". Aún no ha hablado con ningún otro representante de las otras instituciones afectadas en este proceso, pero lo hará pronto, porque a la UEx le urge encontrar una solución al problema que se le plantea.

El rector incidió en que "el plazo de reacción para la universidad es largo, como para cualquier institución, a la hora de hacer un edificio". Por ello, la universidad busca fuera del campus, porque dentro no lo hay, un edificio que pudiera acoger temporalmente la facultad en caso de tener que abandonar el centro actual, pero aún no tiene una alternativa a la vista. "No es fácil, y eso en caso de tener el dinero, no solo para el traslado, sino para adecuarlo. De momento no tenemos nada", señaló.

En esta situación, Francisco Duque recordó la salida más factible hasta la fecha es que la facultad ocupe el edificio de Medicina cuando ésta ocupe el nuevo, cuyo proyecto debe salir pronto a licitación, por lo que en todo caso tardaría dos años o más en desocuparlo. Pero la UEx no sabe si dispondrá de ese tiempo. "Si nos dan un plazo, aguantaríamos"; en caso contrario, suspenderá la admisión de nuevos alumnos el próximo curso. E insistió: "yo planteo estas condiciones sobre la mesa a ver si se conmueve alguien".

Por otro lado, este diario quiso conocer la opinión de los responsables de Urbanismo del ayuntamiento, que no quisieron pronunciarse "porque el auto afecta solo a la universidad". Y de la Asociación Amigos de Badajoz, con cuyo presidente no fue posible hablar.