Los dirigentes de UGT Jacinto Serrano y Agustín Sandía denunciaron ayer el despido de cuatro vigilantes del centro de menores Marcelo Nessi, por la empresa del servicio de vigilancia Prosegur, "sospechamos que a petición del director del centro", porque se negaban a realizar funciones impropias, "como acompañar a los menores a tomar muestras de orina", manifestaron.

Los vigilantes recibieron las cartas de despido por fax, pero uno de ellos, que no estaba en el centro, al volver se le impidió el acceso, por lo que hubo un forcejeo, pues el trabajador no quería irse si la empresa no le comunicaba su situación, según Serrano y Sandía, que negaron que la presión a que están sometidos los 22 vigilantes del centro sea por la conflictividad interna, sino por la relación laboral.

Los trabajadores son fijos en el centro, cuyos contratos se subrogan las empresas que se hacen cargo del servicio de vigilancia, y todos son de UGT y posibles candidatos a las elecciones sindicales, por lo que creen que el verdadero motivo de los despidos es impedir tal candidatura. De hecho, UGT no pedirá indemnizaciones, sino que vuelvan a sus empleos.

En las cartas de despido se alude a las quejas del director del centro, por "pasividad e inhibición de actividad de ciertos vigilantes, entre los que está usted", dijeron, pero "en los informes diarios de seguridad nunca se dijo nada". El PERIODICO pidió contrastar estos hechos con Prosegur y con la Junta de Extremadura, pero no hubo respuesta.

Los vigilantes señalaron que recibían sanciones por faltas y que, una vez recurridas, eran anuladas, y que se cambiaban las normas verbalmente cada dos días, lo que provocaba tensión en el trabajo.