El último caso de abandono de un bebé que se produjo en Badajoz ocurrió el 20 de agosto del año 2005. En esa ocasión, José Antonio Galán y su familia fueron quienes encontraron a las nueve de la mañana, a las puertas de su casa, en la calle Diego de la Jara y Tiroa, en la urbanización de Huerta Rosales, un bebé abandonado dentro de una caja de plástico de las que se utilizan para el transporte de fruta. Esta vez era niño y lo llamaron Dieguito.

La caja utilizada para dejar al bebé era de color azul y llevaba la inscripción de una empresa radicada en portugal, lo que hizo que la investigación policial se dirigiera en esa dirección.

El bebé era un niño de 3,4 kilos de peso, con pocos días de vida y estaba en perfecto estado de salud, si bien se mantuvo ingresado en el Hospital Materno Infantil hasta que se hizo cargo de él la Dirección General de Infancia y Familia.

Galán se disponía a coger el coche para ir al trabajo cuando vio la caja con el bebé dentro, envuelto en unas mantas, solo llevaba puesto un pañal y aún tenía en el ombligo la pinza que sujeta el cordón umbilical.

La familia que encontró al pequeño y avisó a la policía describió al bebé como "blanquito, redondito y sonrosado", mostrándose emocionados e ilusionados cuando salían del Hospital Materno Infantil, a donde acudieron tras su entrega a la policía a la verlo. "Nos pusimos muy nerviosos, pensamos que esas cosas solo pasan en la tele".