Las obras que existen en el edificio del antiguo Gobierno Militar, en la plaza López de Ayala, son los únicos restos de pintura mural que se conservan de Antonio Blanco Lon, a quien el director del Museo de Bellas Artes, Román Hernández Nieves, define como "un gran pintor", melillense de nacimiento, que vivió en Badajoz entre 1919 y 1931. Luego desapareció en Valencia en los primeros días de la Guerra Civil y nunca más se supo de él.

Después de dos año y medio de investigación, Hernández Nieves ha logrado rescatar datos de la vida de Blanco Lon, que recoge en el catálogo de la exposición que ahora se muestra en el Museo de Bellas Artes. Este "gran pintor" se dedicó a dos facetas: los murales y la ilustración de libros. El museo expone 13 libros ilustrados y paneles para revistas. Los murales están en Capitanía, pero uno de ellos está oculto desde hace medio siglo por un lienzo.

Antonio Blanco Lon se relacionó con el mundo artístico de su época, aunque se mantuvo al margen de la pintura regionalista que se estaba haciendo en esos momentos, por Covarsí, Eugenio Hermoso o Pérez Jiménez. El director del Museo de Bellas Artes defiende el estilo de este pintor como "colorista, es un excelente dibujante y además domina las composiciones complejas". Su obra está más cerca de la de Antonio Juez.