El miércoles se firmó la declaración de ruina inminente de las construcciones situadas en la manzana comprendida entre la calle Norte y Encarnación, donde esta semana se ha producido el último desprendimiento. La calle Norte está cerrada desde el 2014 precisamente por derrumbes. La decisión que ha adoptado el ayuntamiento como medida de seguridad ha sido la consolidación de una fachada mediante un andamio en la calle Encarnación y desalojar la vivienda que hace esquina con la calle Norte, que habitualmente utiliza un persona sin hogar, a pesar de que no reúne condiciones. Además se procederá a una demolición selectiva con seguimiento arqueológico para evitar nuevos derrumbes.

Según explicó ayer el concejal de Urbanismo, Celestino Rodolfo, el ayuntamiento hará todo lo posible por buscar una solución. Rodolfo señaló que son edificaciones de propiedad privada, casi todas pertenecientes al mismo dueño, y en tiempos existió un proyecto para habilitar un hotel. Pero su mal estado ha obligado al consistorio a «tomar cartas en el asunto» y buscar una solución.