La mayoría de las puertas y las ventanas permanecían ayer cerradas en la zona de viviendas adosadas de la Urbanización Guadiana, donde el pasado jueves dos hombres armados con un cuchillo llamaron a la puerta del chalé número 2, de la calle Castillo de Segura de León, y tras amordazar y agredir a la empleada de hogar que les abrió la puerta, y que se encontraba sola en la casa, sustrajeron 15.000 euros en efectivo y joyas valoradas en otros 30.000, según informó ayer a Efe la Jefatura de la Policía Nacional.

También se llevaron dos ordenadores portátiles, una videocámara y una cámara de fotos digital.

Este suceso ha preocupado a los vecinos de esta barriada, que se quejaron ayer de la escasa presencia policial en la zona y demandaron una mayor vigilancia. El principal temor entre los vecinos es que se trate de una banda organizada que pueda volver a perpetrar otro robo con el mismo proceder. Sin embargo, algunos mantienen que los autores conocen el entorno de los propietarios de la vivienda asaltada.

Una vecina apuntó ayer que los asaltantes son rumanos y que uno de ellos fue empleado de la familia, que tiene una empresa en el polígono industrial El Nevero, por lo que sabía lo que había en la casa.

EN PORTUGAL Fuentes próximas a la familia afirman que la policía ha dado con el paradero de los atracadores, que se encuentran en Portugal. Sin embargo, la policía mantiene el silencio y no ha querido facilitar ningún dato a este diario, solo se sabe que los agentes que investigan el caso no descartan que los asaltantes tengan relación con una banda de rumanos que, en los últimos días, ha perpetrado otros robos en Valladolid y en la comarca del Valle del Jerte en Cáceres, según informó Efe.

El presidente de la asociación de vecinos de la Urbanización Guadiana, Toribio Gragera, aseguró que como residente se siente intranquilo. "Pensaba que esto no sucedería en Badajoz, siempre se oía este tipo de robos en la costa mediterránea por eso nos preocupa, han entrado en una casa donde había gente, a pesar de ser vacaciones, lo que asusta bastante". La policía pasa, según dijo, por el barrio de vez en cuando, pero los vecinos esperan que la autoridad competente adopte medidas y solucione el problema. Gragera afirmó que algunos vecinos habían propuesto poner vigilantes por las noches en la urbanización, "pero lo veo poco viable porque la gente se cansa de pagar y para eso ya pagamos los impuestos, para que se nos proteja", señaló.