Lo que en tiempos del alcalde Gabriel Montesinos era una finca municipal de la que nacían grandes pimientos y tomates y donde se instaló una escuela taller para formar en trabajos agrícolas, es en la actualidad un terreno abandonado donde se amontonan los desechos de las obras y servicios municipales.

Así lo denunció ayer el concejal socialista Moisés Cayetano, que ha podido comprobar con su compañera María de los Angeles Martín de Prado el abandono de esta finca, que ocupa unas 26 hectáreas en la carretera de Olivenza y que fue adquirida cuando gobernaba Manolo Rojas.

Entonces había hectárea y media de invernaderos y media hectárea de zona cubierta para cámaras frigoríficas y material. Ahora, de los invernaderos queda el esqueleto. En las naves hay pupitres en desuso, motores y hasta cientos de sacos de abono que según el PSOE podrían reutilizarse. En el exterior, ripios, tierra vegetal de las rotondas, una estatua del Porrina tirada, colchones con los muelles fuera, contenedores de basura en desuso, los curiosos pipican destinados a que los perros hiciesen sus deposiciones y ahora están oxidados, chatarra de camiones de basura y hasta uno que ardió recientemente. En la entrada hay una valla desvencijada que no impide el paso porque está atada con una cuerda "a modo de corbata", según Cayetano.

Ante esta situación, el concejal socialista reclamó al equipo de gobierno que ponga el valor la finca y propuso que se podía explotar para el aprovechamiento de energía fotovoltaica. Cayetano aseguró que ha preguntado al concejal del área, Inocente Mayoral, y que le respondió que no tienen ningún proyecto.

A este respecto, Mayoral manifestó ayer a través de un comunicado que a lo largo de esta legislatura han llegado muchas propuestas e iniciativas privadas, pero "no es fácil encontrar un proyecto adecuado que no perjudique el entorno, que se adapte a las consideraciones del PGOU y que evite la especulación urbanística, además de no suponer una nueva carga económica a las arcas municipales".