Antonio Martínez es uno de los empresarios que colabora desde hace más de dos años con Cáritas. Lo hace a través de la empresa Ibérica de Limpieza, Jardinería y Control de Plagas y del centro especial de empleo Ditosal Servicios Especiales 2000, donde trabajan los usuarios con discapacidad. Hasta la fecha, ha contratado a diez personas que han llegado tras formarse en el Centro de Empleo y Promoción, ocho de las cuales siguen en activo. «Estas inserciones son un logro, vamos a seguir colaborando con ellos y tienen todo nuestro apoyo», afirma Martínez, satisfecho con la experiencia. Su primer contacto con este centro fue tras recibir el currículo de una de las personas que se había formado en él, contactó con sus reponsables para pedir referencias y esa vinculación se ha mantenido hasta hoy. Martínez defiende que no deben existir prejuicios a la hora de contratar a estos trabajadores. «Eran personas que tenían mucha necesidad y ahora están viviendo bien gracias a un salario».