Entre dos y tres semanas. Ese es el plazo que los técnicos manejan para que los 300 vecinos de Alvarado tengan agua potable en sus grifos. En estos momentos la obra del nuevo abastecimiento --con capacidad para surtir al triple de la población actual-- está prácticamente concluida y se están realizando pruebas a la espera de obtener los últimos permisos administrativos --de la Consejería de Industria y de la compañía Endesa-- para su puesta en marcha definitiva.

Cuando esto ocurra, se resolverá un problema que los habitantes de Alvarado padecen desde hace más de una década, tiempo que llevan abasteciéndose con las bolsas que Aqualia entrega tres veces por semana a la pedanía (tras detectarse que el agua de los pozos que consumían no era apta). También dejará de ser la única población de Extremadura que soporta esta situación.

Las actuaciones --con un coste de 1,2 millones de euros (incluidos las expropiaciones) financiados por la empresa estatal Hidroguadiana a través de fondos europeos (70%) y el Ayuntamiento de Badajoz (30%)-- han consistido en la construcción de un nuevo ramal desde el anillo exterior de Talavera la Real de unos 8,5 kilómetros de longitud y una estación de bombeo capaz de llevar un caudal máximo de 40 metros cúbicos por hora.

SINGULARIDADES El director de la obra, Luis Felipe Pérez Romero, explicó que una de las singularidades del nuevo ramal es que hay cuatro cruces bajo calzada y otros cuatro aéreos sobre desagües, y que se han utilizado pozos de registro con tapas de hormigón para evitar los robos. Asimismo, destacó que durante los trabajos han sido "escrupulosos" en la conservación medioambiental del entorno donde se han desarrollado protegiendo frente al arrastre de sedimentos el arroyo Limonetes, restituyendo la cubierta vegetal y conservando los árboles.

En el transcurso de las obras ha habido además un "intenso control arqueológico" ante la posibilidad de que pudiesen aparecer restos durante las excavaciones, lo que finalmente no ha ocurrido.

También se han realizado mejoras en el depósito de Alvarado, cambiando las antiguas tuberías de entrada y salida de fibrocemento por otras de polietileno; renovando la instalación eléctrica, la carpintería metálica y el alumbrado exterior.

TELECONTROL La actuación también ha supuesto la implantación de un sistema de telecontrol y gestión vía GSM y radio conectado con el centro de control de todo el sistema de abastecimiento de Badajoz, ubicado en la planta de Santa Engracia.

La delegada del Gobierno, Carmen Pereira, el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), Eduardo Alvarado, acompañados por otros responsables políticos y técnicos, visitaron ayer la estación de bombeo y el depósito. Alvarado destacó el trabajo "conjunto" de las distintas administraciones para llevar a cabo estas obras, que se han prolongado durante ocho meses, en lugar de los cuatro previstos, debido al retraso ocasionado por las persistentes lluvias de este invierno.

Por su parte, Pereira mostró su "satisfacción" porque finalmente se resuelva el problema de los vecinos de Alvarado e incidió en la necesidad de que Hidroguadiana y el ayuntamiento pacense sigan colaborando de la misma forma en actuaciones futuras como la depuración de aguas residuales o la obra de la margen derecha del río.

El alcalde pacense, en su intervención, se congratuló de que en unos días termine para los vecinos de Alvarado "el suplicio" de tener que abastecerse con bolsas de agua, un problema que --dijo-- "nos ha traído de cabeza".