Ha sido el Ayuntamiento de Badajoz el que ha decidido encargar un nuevo estudio de ruidos en el Casco Antiguo y el resultado ha sido una propuesta para mantener tres años más la declaración de zona saturada, una decisión que ha sido bien acogida por la Plataforma Casco Antiguo Habitable y por los hosteleros. El Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicó ayer la resolución de la alcaldía con la propuesta de declaración y la relación de los tramos de 26 calles afectados. Ahora se abre un periodo de información pública de un mes para que se pueda consultar el expediente y formular observaciones o alegaciones.

Juan José Pérez González, portavoz de la citada plataforma, señala que este nuevo análisis ratifica que el problema de los ruidos en el centro histórico de Badajoz lo generan los establecimientos de ocio nocturno y si bien aplaude la decisión de prorrogar la declaración, considera que con esta medida "el problema no se ha atajado, sino que se ha frenado para que no vaya a más".

Este vecino asegura que desde que se declaró la primera vez zona saturada, en diciembre del 2010, han abierto cinco nuevos establecimientos, entre ellos una discoteca en la plaza de España, con el "subterfugio" de que ya tenía solicitada la apertura, aunque no hubiese obra alguna. Aduce que el consistorio "no se mete en camisa de once varas" porque los solicitantes habrían acudido a la justicia.

De todos modos, ve "con satisfacción" que el ayuntamiento haya encargado el estudio. Para Juan José Pérez, la solución podría ser establecer una distancia mínima entre locales o, la más definitiva, que estos negocios se trasladasen a un polígono industrial, donde no haya vecinos a los que molestar, sugiere.

Según Carlos Bernáldez, de la Confederación de Empresarios del Turismo (Cetex), los hosteleros del Casco Antiguo también se muestran satisfechos con que continúe la protección, que implica la prohibición de abrir nuevos establecimientos de ocio y restauración en los próximos tres años. Asegura que "les viene bien" porque evita más competencia y además consideran que ya son muchos los negocios instalados en la zona y hay calles saturadas.

Por otro lado, Bernáldez manifestó que no son los bares los que "dan ruido", pues casi todos los establecimientos son nuevos y "se han gastado mucho" en insonorizarlos. Apunta que el problema procede de las molestias que causan los clientes cuando van de un bar a otro pero los responsables de los bares "no pueden ir detrás". Aclara, además, que si ha habido establecimientos que han abierto durante el periodo de vigencia de la Zona Saturada de Ruidos es porque habían presentado la documentación para su apertura con anterioridad.