Del antiguo edificio que albergó la biblioteca municipal del Cerro de Reyes apenas quedan las cuatro paredes en pie. El interior está completamente desvalijado: se han llevado el cableado eléctrico, la grifería de los sanitarios y la basura y los cascotes se acumulan dentro. Los vecinos de las casas más cercanas denuncian el penoso estado en el que se encuentra este inmueble y urgen que se derribe, pues creen que su situación actual hace imposible que pueda recuperarse con otro uso.

La biblioteca se trasladó de este lugar a los salones de la antigua parroquia del barrio en el 2009, después de que el bibliotecario sufriese por segunda vez una agresión por parte de un grupo de jóvenes que solía apostarse junto a estas instalaciones. El edificio lleva sin uso desde entonces y su deterioro ha sido progresivo. La presidenta de la Asociación de Vecinos del Cerro de Reyes, Isidra Méndez, se ha hecho eco de las quejas de los residentes del entorno, a quienes no solo desagrada el penoso estado que presenta el inmueble, sino que ven con preocupación cómo se ha convertido en un lugar que se utiliza para vender y consumir droga, hacer botellones y fogatas un día tras otro. "Ponen la música a todo volumen, hay peleas y dentro se mete todo tipo de gente", lamentó Méndez, quien aseguró que esta situación está generando gran sensación de inseguridad en el vecindario.

La representante vecinal criticó que cinco años después de que las instalaciones se quedasen vacías no se haya hecho nada por recuperar este edificio para otros colectivos o servicios, sino que por el contrario se ha permitido que "se venga completamente abajo".

Los vecinos creen que la solución a sus problemas sería que se derribase y en este espacio se habilitase un parque "en condiciones, que es muy necesario en esta zona del barrio", sugirió Méndez. Según señalaron fuentes municipales, la Concejalía de Cultura devolvió a la Junta de Extremadura el edificio cuando la biblioteca se trasladó a su nueva ubicación, pues la propiedad correspondía a la Administración regional, que había cedido las instalaciones para que se utilizasen como biblioteca. Méndez aseguró que los afectados están dispuestos a movilizarse si no se actúa.

Cuando el ayuntamiento decidió reubicar este servicio en los salones parroquiales los vecinos y las ampas de los colegios se movilizaron contra el traslado. Hoy en día, según la presidenta del Cerro de Reyes, son muchos los que consideran todavía que fue un error llevarse la biblioteca en lugar de incrementar la vigilancia para que episodios como las agresiones al bibliotecario no se repitiesen. "Nuestro afán era que se le hubiera dado uso al edificio, pero ahora costaría más recuperarlo que tirarlo", insistió.