Cacerolas, cazos, latas y cucharas. De estos utensilios se valieron ayer cerca de medio centenar de vecinos de Los Colorines y las Cuestas de Orinaza para protagonizar una sonora protesta ante las puertas del Ayuntamiento de Badajoz. Lo hicieron para reclamar al equipo de gobierno que no sea "cómplice" de la situación de inseguridad en la que viven y pedirle que se implique para que se lleve a cabo su realojo en otras barriadas de la ciudad.

También exigieron que el ayuntamiento no vuelva la cara a esta zona y garantice los servicios como en otras barriadas de la ciudad. Los vecinos se quejan de las deficiencias del alumbrado y el alcantarillado, de la suciedad que se acumula en sus calles y de la escasa vigilancia policial. "Celdrán es el alcalde de toda la ciudad y si dice que para él no hay barrios de tercera ni de cuarta, nos tiene que hacer caso", exigieron los vecinos.

Con consignas como Queremos un lugar digno o Celdrán da la cara intentaron que el alcalde escuchase sus reivindicaciones. Pero Celdrán no bajó a la calle.

RESPUESTA MUNICIPAL El portavoz municipal, Francisco Javier Fragoso, sí se pronunció en una comparecencia posterior. Dijo que el ayuntamiento está "preocupado" porque se trata de un asunto que afecta a ciudadanos de Badajoz e instó a la Junta a "coger el toro por los cuernos" para dar una solución a estas familias en lo que al realojo se refiere. Igualmente, en materia de seguridad señaló que la responsabilidad es de la Delegación del Gobierno.

Esta es la cuarta vez en menos de un mes que los vecinos se plantan ante una administración para que se escuchen sus reivindicaciones. Antes se manifestaron frente a la Delegación del Gobierno y las consejerías de Fomento e Igualdad y Empleo. Junto a esta última pasan día y noche desde el pasado lunes.

Hasta ahora no han logrado que ninguna Administración atienda sus demandas. Desde la Consejería de Fomento, propietaria de los pisos sociales en los que viven, han reiterado en varias ocasiones que se estudiará de forma individual cada caso y que solo se realojará en otras barriadas a las familias si así lo justifican los informes de los trabajadores sociales.

Esta respuesta no es suficiente para los vecinos, que insisten en que ya hay casos "graves y vergonzosos" como el de la familia que tuvo que abandonar su casa por amenazas y que, tras más de un mes, sigue sin resolverse. "¿Qué clase de papeles necesitan? ¿tenemos que llevar un muerto para que nos hagan caso?", se preguntaron.

La de ayer era la última concentración de las anunciadas, aunque los vecinos planean nuevas movilizaciones --como protestar ante la sede de la Presidencia de la Junta, en Mérida-- e incluso iniciar una huelga de hambre. También seguirán adelante con la denuncia a la Dirección de Infancia y Familia por considerarla "cómplice" de que los niños de estas barriadas no tengan garantizados sus derechos.