Peleas, ruidos, robos, trapicheo de drogas... Esa es la situación que los vecinos de varios bloques de la avenida Augusto Vázquez situados a escasos metros de la discoteca El Gallo denuncian que soportan "prácticamente a diario" desde hace varios años. El problema, que según aseguran padecen un centenar de familias, se ha ido agravando progresivamente y no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados ni de pasar más noches en vilo mientras ven cómo una zona que era "tranquila" se ha convertido en un foco de delincuencia. "Diariamente hay broncas, pero los fines de semana ya es el remate", afirman.

La madrugada del martes tuvo lugar el último incidente. Según relataron los vecinos, dos grupos se enzarzaron en una pelea que terminó "a tiros" y con una persecución policial. La Policía Nacional, sin embargo, negó ayer que tuviera constancia de que se hubiera producido alguna detonación, aunque sí confirmó que hubo una reyerta y que los agentes consiguieron detener a tres de los implicados cuando intentaban huir en un vehículo.

"Ha sido como una película, yo no había visto nunca nada igual", contaba una vecina que presenció la reyerta desde el balcón de su piso.

Los afectados denuncian que no se trata de un hecho puntual, sino que este tipo de incidentes se repite un día sí y otro también. "Hay peleas con navajas, catanas, gritos, insultos...y hasta tiros", enumeraron los vecinos que, a pesar de que estas disputas suceden en la calle y no en el interior de la discoteca, culpan al incumplimiento del horario de cierre del establecimiento --aseguran que muchos días está abierto "hasta las ocho o las nueve de la mañana"-- del ambiente de delincuencia que se vive en las puertas de sus casas.

A las peleas, los vecinos suman los robos y daños que han sufrido en sus vehículos --les quitan la gasolina, rompen las lunas y retrovisores--; las sustracciones en trasteros de algunos bloques; y la presencia de personas vendiendo y consumiendo droga en los alrededores de sus pisos. "Asomarte por el balcón es un espectáculo", lamenta otro propietario.

Al ruido del público en la calle se une, según denuncian los vecinos, el que genera la música de la propia discoteca. "Sabemos que tiene multas, pero eso ha caído en el olvido y no ha llegado a cerrarse nunca", criticaron los afectados. "Ahora con el calor es imposible abrir las ventanas, porque no podemos dormir", añade el dueño de otro piso.

REUNION CON LA POLICIA Los vecinos remitieron un escrito a la Delegada del Gobierno, Carmen Pereira, para poner en su conocimiento esta situación y solicitar que se tomen medidas para acabar con ella. Según confirmaron fuentes de la delegación, se dio traslado de las demandas vecinales al Cuerpo Nacional de Policía y ayer mismo un inspector mantuvo un encuentro con los denunciantes. Según Julián Ortega, portavoz de los afectados, tras escuchar sus testimonios se comprometió a incrementar la presencia policial en el entorno de la discoteca. También instó a los vecinos a que presenten denuncias cuando observen estos comportamientos.

Los inquilinos de estos bloques de la avenida Augusto Vázquez no van a cejar hasta que la tranquilidad vuelva a la zona, por eso aseguran que si no se actúa para poner freno a su problema no dudarán en movilizarse e ir "hasta donde haga falta" para conseguirlo.