Los vecinos de la calle Jacinto Lobato han recogido firmas para poner nombre y apellidos a las quejas por el ruido que generan las personas que se concentran a las puertas de los dos bares de la calle y que, según denuncian, les impide descansar los fines de semana. Han recabado medio centenar de rúbricas que el presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, Juan Pedro Plaza, ha entregado al concejal de Policía local, José Antonio Monago, para trasladarle el malestar del vecindario y pedirle que se vele por su descanso.

José Miguel Ramírez vive en Jacinto Lobato y cuenta que los viernes, vísperas de festivos y, especialmente, los sábados no pueden dormir hasta bien entrada la madrugada por los gritos de los grupos que se forman en la calle. "Gritan y hasta cantan por soleares", explica este vecino, quien asegura que la situación es insoportable "para los que tenemos que madrugar".

Al jaleo se suman los cristales rotos, vómitos, restos de orines y basura que se encuentran por la mañana en las puertas y ventanas de sus casas. "Es tremendo", insiste Ramírez.

Sor Socorro, Sierva de María, cuyo convento está en la intersección de Jacinto Lobato corrobora este panorama. A las religiosas el ruido nocturno no les afecta tanto porque se dedican a prestar asistencia a enfermos por la noche, aunque comprenden las quejas de los vecinos y se solidarizan con ellos.

Mientras unos vecinos creen que el ruido lo provocan los grupos que se reúnen en la calle, otros responsabilizan directamente a los locales de copas, Doctor Who y Mal de Amores, y, de forma especial, a la reapertura de este último de que las molestias hayan aumentado.

En este sentido, David Sánchez Moreno, uno de los socios de Mal de Amores, señaló a este diario que el bar está "totalmente insonorizado" y que prueba de ello es que un técnico municipal "le dio el visto bueno".

SORPRESA Para el hostelero ha sido una sorpresa que los vecinos hayan recogido firmas para quejarse y asegura que los locales hacen todo lo que está en sus manos para que se moleste lo menos posible. "Sabemos que mucha gente se queda hablando y haciendo ruido en la puerta y que molestan a los vecinos, y tenemos un cartel en la puerta pidiendo silencio porque para nosotros es muy importante su descanso", explica Sánchez, quien añade que ellos intentan pedir que no se haga ruido, "pero no podemos obligar a nadie, eso lo tiene que controlar la policía".

Asimismo, asegura que los bares no permiten que se saquen vasos de cristal a la calle y que la suciedad que se genera es la misma que la que hay en cualquier otra calle de Badajoz con locales de copas. Añade que cumplen los horarios y que a las dos y media de la mañana dejan de servir copas para que el público abandone el local paulatinamente, para cerrar a las tres.

David Sánchez asegura que comprende las quejas de los vecinos y quiere mostrar su disposición a dialogar con ellos "para buscar ideas que ayuden a garantizar su descanso". Los socios del bar no han recibido hasta el momento ninguna notificación de denuncia.

Por su parte, el presidente de la asociación vecinal apunta que el problema del ruido nocturno no es exclusivo de la calle Jacinto Lobato, y que hay vecinos de otras calles del Casco Antiguo como Arcoagüero y San Blas que también se han quejado por este motivo.