La Asociación de Vecinos de Cañada-Moreras urge al ayuntamiento que derribe la nave de la antigua fábrica de papel, totalmente en ruinas y que la Concejalía de Urbanismo anunció hace más de un año que se iba a demoler.

La presidenta del colectivo vecinal, Carmen Alor, cuenta que desde el ayuntamiento les aseguraron que el pasado lunes iría una máquina "pero no ha acudido nadie". El problema es que quedan algunas placas de uralita en el techo y para retirarlas tiene que intervenir una empresa especializada, pero aunque los responsables municipales les indicaron que se iba a hacer ya, todo sigue igual.

Esta es solo una de las muchas preocupaciones que manifiesta la asociación vecinal. Carmen Alor dice que están "fatal". El problema de la falta de limpieza es generalizado y estos días se ha hecho más visible porque la semana pasada el barrio celebró su semana cultural. La presidenta vecinal cuenta que para poder instalar las atracciones de la feria, los propios feriantes han tenido que limpiar los matojos secos. Carmen Alor alerta al mismo tiempo del riesgo que supone para las viviendas cercanas la existencia de este pasto si se prendiese un fuego.

"Está todo completamente dejado y abandonado", recalca la presidenta y no hay más que comprobar la cantidad de hoyos que hay en la calzada de las calles. Pone como ejemplo que hace más de un mes fue derribada una señal de tráfico por el golpe de un coche y sigue tumbada en la acera sin que nadie haya acudido a reponerla.

Y lo que más le preocupa a Carmen Alor es la falta de seguridad, pues aunque reconoce que "la policía pasa", asegura que no se detiene ni identifica a los grupos apostados continuamente en las aceras y en las esquinas, consumiendo y vendiendo drogas.