Cuando compraron sus viviendas sabían que se iban a vivir a una urbanización a las afueras de la ciudad, pero contaban con que algunos servicios "básicos" se planificarían con tiempo y funcionarían, pero no ha sido así.

Los primeros vecinos de La Pilara, la nueva urbanización que construye Urvicasa a la salida de Badajoz por la BA-20 (antigua N-V), acogiéndose al plan de 60.000 euros de la Junta de Extremadura, se sienten "aislados" por la falta de transporte público.

De las 220 viviendas que entregó el pasado año Urvicasa están ya habitadas la mayoría, aunque aún hay vecinos que no se han mudado porque están haciendo algunas obras, como es el caso de Pepi, que ha previsto su traslado para dentro de dos meses. "En mi casa tendremos que utilizar tres coches, porque los necesitamos para ir al trabajo".

En La Pilara ven cómo cada día el autobús pasa en dirección a Cerro Gordo (situado a cinco kilómetros) y a los poblados, por debajo de la cuesta donde están sus viviendas, sin detenerse. "Vemos como Cerro Gordo avanza y nosotros nos quedamos aislados", afirmó Pepi.

El autobús es la necesidad más urgente. Por ello, la recién constituida asociación de vecinos ha solicitado por escrito una entrevista con el alcalde, Miguel Celdrán, "para darnos a conocer, plantearle nuestra situación y solicitarle el autobús", según Cristina Gallardo, presidenta de la asociación.

COMPRENSION "Entendemos que todavía hay poca gente censada y por nuestra parte hay comprensión, pero ha habido falta de previsión porque este barrio se planificó hace mucho tiempo y no podemos esperar a que termine, todavía le quedan algunos años", explicó Cristina, quien recordó que cuando la ministra de Vivienda visitó en el 2010 la urbanización con representantes de la Junta y el ayuntamiento "nos dijeron que el barrio estaba listo para ser habitado, y no ha sido así".

De momento, los residentes necesitan al menos un coche para todo, para ir al trabajo, al médico, al colegio o a comprar. El barrio más próximo a La Pilara, que es San Roque, "está a tres kilómetros y medio y no podemos llegar andando porque es muy peligroso, todo es carretera, y Cerro Gordo está a unos cinco kilómetros".

Tampoco hay en la urbanización ninguna tienda o ultramarino, por lo que los vecinos tienen que utilizar congeladores de grandes dimensiones "porque aquí hay que congelar hasta el pan", según Pepi.

CENTRO COMERCIAL La urbanización dispone de una parcela destinada al uso comercial, situada a la izquierda de la primera rotonda, en la avenida Rosas del Rey don Pedro, que Urvicasa vendió a la promotora de suelo comercial Level, que en el 2008 inició contactos con diversas firmas para levantar en este suelo un centro comercial.

Para esta parcela, de 4.005 metros cuadrados, se había previsto inicialmente una mediana superficie de alimentación de unos 1.500 metros cuadrados junto a otros locales de menor tamaño destinados al pequeño comercio y a otros negocios.

En La Pilara, los vecinos echan en falta también alguna pista deportiva y más contenedores, porque los que hay quedan muy alejados de algunos edificios. También han solicitado a la Junta de Extremadura contenedores para reciclar vidrio, que no tienen.

De momento, los residentes acuden a centros de salud de diferentes barrios y sus hijos van a distintos colegios de la ciudad, aunque creen que hasta que no se realice una reasignación les corresponderá el centro de salud de San Roque y los colegios de esta barriada.