Cándido Gómez y su familia no duermen de jueves a domingo en el mismo domicilio que el resto de la semana, por las molestias que el traslado del botellón causa en el entorno de puerta Palmas. Hace poco rompieron los cristales de su portal. Según Cándido Gómez, la policía ya ni siguiera acude cuando llaman. Afirma que no es el único, que otro vecino también se ha trasladado.