Un grupo de vecinos de Suerte de Saavedra se ha puesto literalmente manos a la obra para tratar de mejorar su barrio. Hace unos meses comenzaron eliminando las pintadas de los bloques de viviendas sociales y ahora están esperando a que les llegue más pintura para actuar en los que quedaron pendientes. El hecho de que no hayan aparecido más grafittis sobre las paredes que limpiaron ha hecho que se animen a continuar y a emprender nuevas actuaciones.

Así, con una pequeña desbrozadora, han quitado las malas hierbas de los solares que rodean estos bloques de pisos y están recuperando la antigua pista de petanca, que se había convertido en un vertedero. Para ello, han tenido que retirar la basura, eliminar la vegetación y remover la tierra. En estos momentos están esperando a que el ayuntamiento les proporcione arena para cubrir las pistas y se reparen los focos que hay junto a ellas.

Cuando estén listas, enseñarán a jugar a este deporte a miembros del Grupo Joven del barrio, con el que han llegado a un acuerdo para practicar petanca dos días a la semana.

Fernando Gonçalves, presidente en funciones de la Asociación de Vecinos de Suerte de Saavedra, es la cabeza visible de este grupo de personas que se están encargando de hacer lo que, según lamentan, las administraciones no hacen. Su área de actuación se centra en los alrededores de los bloques de viviendas sociales de Olof Palme, Víctor Jara, Eduardo Naranjo y Camilo José Cela, entre otras. También han adecentado el entorno del centro social. A la vista de que se está respetando el trabajo que se ha llevado a cabo y no han vuelto a aparecer pintadas sobre las paredes, algunos negocios de la zona también se han animado a limpiar sus fachadas, algo que habían dejado por imposible debido al vandalismo. Alguno de los dueños incluso ha mostrado su intención de buscar a vecinos que estén en paro para que lo hagan y el dinero se quede en familias del barrio.

«Lo importante es que se está manteniendo limpio y eso no es una labor de la asociación, es de todos los vecinos», coincidieron en destacar Gonçalves y Rodolfo Jaime, miembro del colectivo. Aseguran que cansados de esperar que se desbrozasen los solares, decidieron hacerlo con sus propios medios, aunque hubo zonas en las que con sus pequeñas herramientas no pudieron actuar. Por eso, junto con el colegio y el centro de salud, se denunció ante Sanidad la insalubridad, pues entre la maleza había todo tipo de bichos, y lograron que el ayuntamiento cortase los pastos. «Hubo una plaga de orugas, chinches, pulgas...», recordaron.

El colectivo vecinal celebrará elecciones el 9 de junio. El objetivo es que los residentes se impliquen y lograr una asociación «reforzada» que siga luchando por los intereses del barrio.