Los vecinos de la Urbanización Guadiana han vuelto a denunciar la "impunidad" de la que, según su presidente, Toribio Grajera, gozan los locales de copas de la zona, a los que no se controla el horario de cierre, que "no cumplen", mientras los residentes siguen soportando los ruidos de la gente que se da cita en la zona hasta "altas horas de la madrugada".

Esta denuncia llega cuando el colectivo vecinal espera los resultados de la sonometría (estudio del nivel de ruido) encargada por el Ayuntamiento de Badajoz a la empresa Eygema tras las numerosas solicitudes de los vecinos, que incluso se mostraron dispuestos a costearla ellos mismos. La empresa, según confirmó el consistorio, ya ha concluido las mediciones y un técnico municipal está revisando el informe. Cuando termine, le comunicarán a la asociación de vecinos los resultados.

"El ayuntamiento no nos ha dicho absolutamente nada", lamentó Grajera, quien informó de que hace unos 15 días han enviado un correo electrónico a la atención del alcalde Miguel Celdrán interesándose por este asunto, pero no han recibido respuesta alguna. "Lo lógico es que nos comunicaran que ya han recibido el estudio y que en diez o quince días nos van a decir los resultados", sugirió.

INDIGNADOS Toribio Grajera reconoció que los vecinos están "indignados" con el problema de los ruidos, que con la llegada del buen tiempo se agrava. "Ahora vienen también con los coches abiertos y las radios a tope. Eso no se controla y están aquí hasta las 6 o 7 de la mañana". A eso, según dijo, se suma que "cada vez abren más bares y los vecinos se quejan ahora de que han abierto una barra americana".

La Asociación de Vecinos de la Urbanización Guadiana no está dispuesta a seguir "otros cuatro años igual" y si su reivindicación no se responde de manera positiva "acudiremos al juzgado como ya han hecho vecinos de otras ciudades" para solucionar el problema, advirtió su presidente.

Por su parte, Erasmo Remigio, propietario del Mamajuana y Scena, dos de los locales de copas de la zona, se preguntó si las quejas de los vecinos eran a causa del ruido de los establecimientos "o de la gente que está en la calle". Añadió, que en su caso, ambos locales están insonorizados y cumplen la normativa. "Es muy caro insonorizarlos y además los equipos cuentan con unos limitadores que no permiten que la música exceda de los niveles permitidos, y eso está muy controlado por el ayuntamiento y la Junta", argumentó.

En cuanto al horario de cierre de los locales, el hostelero señaló que él cierra sus locales "a la hora". "Cada uno sabe lo que tiene que hacer y si para llevar el pan a su casa alguien abre más tiempo, yo no soy quien para juzgarlo", añadió.

DIALOGO Remigio abogó porque hosteleros y vecinos se reúnan para abordar la problemática, analizar qué ruidos perturban su descanso y buscar soluciones conjuntas. "El diálogo es la solución para todo y quizás la reunión sirva de punto de inflexión en esta situación". El dueño del Mamajuana y Scena lleva un año y medio en la zona y durante ese tiempo no ha tenido conocimiento de que vecinos y empresarios hayan mantenido contactos para tratar el problema de los ruidos.