María de los Ángeles Carretero Santacruz perdió a su marido cuando él acababa de cumplir 29 años. Ella tenía 27 y el pequeño de sus dos hijos no conoció a su padre, porque tenía 6 meses cuando ETA asesinó al Guardia Civil Pablo Fernández Rico. Sucedió el Día de la Madre, el 2 de mayo de 1982 en Ondarroa. La llamó a las 9.20 y a las 945 lo mataron. Estaba de puerta y recibió tres tiros por detrás. Han pasado 35 años y la memoria sigue intacta. Esta mujer no perdona ni olvida. A pesar de ello, «no he querido que mis hijos sientan rencor, nunca, al contrario». Tal es así, que el mayor, que entonces tenía 3 años, es Guardia Civil. «Me costó muchísimo, pero estoy muy orgullosa de él porque era su ilusión de toda la vida». Ayer, esta mujer fuerte y tenaz tenía claro su mensaje: «Que no nos olviden, antes estábamos calladas y nos daba miedo decir que éramos viudas de terrorismo, pero hoy ya no, cuando me preguntan lo digo». Más cambios ha habido. «Hoy hay muchas ayudas, pero en aquel entonces, no; yo tuve que decirle a mi hijo lo que le había pasado a su padre, porque nadie vino, no había psicólogos».

Esta mujer natural de Santa Marta que vive en Badajoz fue la encargada ayer de colocar un ramo de flores en nombre de los reunidos en la rotonda Víctimas del Terrorismo, en Valdepasillas, en el acto de homenaje organizado en el 13 aniversario de los atentados de Madrid del 11 de marzo, declarado Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo.

Al acto asistieron representantes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Policía Local de Badajoz, así como el alcalde, Francisco Javier Fragoso, y otros miembros de la corporación municipal, cargos del PP y el consejero de Economía e Infraestructuras de la Junta, José Luis Navarro, además de un grupo numeroso de víctimas y familiares. La delegada de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Inmaculada Sánchez, leyó un manifiesto, con el que defendió que «todas las víctimas deben ser recordadas como merecen, ése el motor que nos anima a seguir adelante», a todas las víctimas, no solo las de ETA. Sánchez recalcó, en declaraciones previas, que la principal lucha de la AVT es que no se olviden 50 años «de barbarie» y recordó que han conseguido que el Ministerio de Educación introduzca en los libros de texto la existencia de ETA. Navarro también abogó por «mantener viva la llama del recuerdo» y Fragoso por «reconocer la dignidad y la justicia que merecéis».