Desde que un ayuntamiento acuerda declarar una zona saturada de ruidos hasta quees efectiva, transcurre un periodo de tiempo que puede dar lugar a que proliferen las peticiones de licencias de aperturas de nuevos establecimientos para que se agilicen antes de que entren en vigor las restricciones. Eso es lo que está ocurriendo en Vigo, según ha alertado la Asociación Viguesa Contra el Ruido. En la ciudad pontevedresa, el ayuntamiento ya ha aprobado en pleno la declaración, que se ha publicado en el boletín de la provincia y ahora está en periodo de alegaciones.

El portavoz de la asociación viguesa, Javier Quintana, afirma que la declaración de zonas acústicas saturadas es insuficiente para solucionar el problema, y afirma que en Badajoz sucederá lo mismo que en otras ciudades donde ya se ha hecho porque, en su opinión, la declaración no es más que la constatación de una situación conocida. "Lo fundamental es que cada ayuntamiento tome después unas medidas", afirma. Apunta que ya existe el precedente de Zaragoza, donde una sentencia reciente condena al ayuntamiento a pagar 7.000 euros a cada uno de 55 vecinos de la zona de Moncasi, por no haber puesto medidas contra las molestias de los bares.