La procesión que sale de la iglesia del convento de las Descalzas es una de las más queridas por los pacenses, que siguen este desfile de penitencia y silencio con gran expectación, como lo hicieron las cientos de personas que se congregaron en la plaza López de Ayala para ver salir los pasos de Nuestro Padre Jesús de la Espina y de María Santísima de la Amargura, que este año estreno en su paso los respiraderos y los dos faroles de cola.

Este estreno fue la principal novedad que presentó la Pontificia y Real Hermandad y Cofradía fundada en el año 1773 y de la que es hermana mayor María Jesús Mediero Pantoja, quien explicó a este diario que las reformas en el paso de la Virgen se hicieron por artesanos de la población sevillana de Villarreal, así como que el Cristo ya fue restaurado en años pasados.

La procesión, acompañada por 350 nazarenos y un solo cornetín de órdenes haciendo toques de atención y silencio por las esquinas, partió de la citada iglesia para seguir su itinerario por las calles del centro, desde Francisco Pizarro, pasando por La Soledad, Arias Montano, Bravo Murillo, Arcoagüero, plaza de España, Hernán Cortés y vuelta a su iglesia.

EL CRISTO DE LA ANGUSTIA Casi a la misma hora que la procesión anterior, hacia su salida de la parroquia de San Fernando y Santa Isabel la Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Angustia y María Santísima de la Misericordia, creada en el 1971, con ambos pasos acompañados al ritmo de cornetas y tambores: por la Banda de Corte de Peleas, el Cristo; y por la Agrupación Musical de Villafranca de los Barros, la Virgen.

Desde su parroquia el desfile transcurrió por la calle Canarias, Carolina Coronado, el puente y la Puerta de Palmas, Reyes Católicos --donde se realizó la proclamación de las Siete Palabras--, Prim, Juan Carlos I, San Atón, Zurbarán y entrada en la carrera oficial en la plaza de España, para volver a su iglesia por el mismo camino.