Los viveros de la ciudad en los que se comercializan palmeras recibieron hace un mes la visita de técnicos del servicio de Sanidad Vegetal, de la Consejería de Agricultura del Gobierno extremeño, para hacer inventario e informarles de que quedaban inmovilizados sus palmerales como medida preventiva para evitar la propagación del picudo rojo, un insecto cuya presencia se acababa de detectar en Badajoz.

Las pérdidas que esta medida pueda provocar en estos negocios es dispar, en función de la cantidad de palmeras que en estos momentos tengan plantadas. El gerente de Jarex, Braulio Ramos, reconocía ayer su preocupación por el nuevo panorama que se presenta al establecerse un radio de 11 kilómetros como zona de protección, en el que se impide la movilización. Esta empresa tiene dos viveros de exposición al público que se ven afectados, en la carretera de Cáceres y en la de Valverde, donde puede almacenar en torno a 1.500 palmeras de distintas especies y porte. Pero se cultivan en un vivero en Talavera la Real, donde pueden tener más de 10.000 ejemplares y como está a 15 kilómetros, se sitúa fuera del radio del prohibición, por lo que confía en poder seguir vendiendo, incluso a Badajoz. Ramos asegura que es el mayor palmeral de la zona.

En Garden Center Mandiplant también han sido informados de que no pueden vender las palmeras que tienen. "Menos mal que no teníamos una gran inversión" se consuelan, al tiempo que confirman que siguen llegando clientes que se interesan por adquirirlas, a los que les responden de que no pueden vendérselas. En el Centro de Jardinería Invernex lamentaban ayer que el origen del problema está en el "pirateo" pues está prohibido comprar palmeras de zonas infectadas por este insecto. Aunque ahora no tenían en stock, les afecta la prohibición "porque es un producto menos que podemos vender".

El gerente de Jarex se mostró confiado en que el insecto pueda ser controlado y eliminado, pues en otras zonas se ha conseguido. Comentó que tratamiento preventivo no existe pero sí métodos de erradicación que atacan al escarabajo en sus distintas fases "que son costosos pero no imposibles". Para este profesional, el problema es que hay muchas palmeras en parcelas privadas que no se cuidan y aunque un propietario vigile las suyas, si el vecino no lo hace, el mal persiste. El picudo rojo puede volar hasta una distancia máxima de 200 metros.

Ayer, la Concejalía de Medio Ambiente procedió a eliminar dos de las palmeras infectadas, situadas en el Camino Viejo de San Vicente. Según el responsable del área, Antonio Avila, no tenía conocimiento de otros ejemplares atacados por el bicho, salvo el que ya mencionó en una parcela de la avenida de Elvas, con cuyo propietario se reúne hoy.