El entonces presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), José María Macías, confirma que la solución elegida para garantizar el abastecimiento de agua a la ciudad es una conducción de 65 kilómetros desde el embalse de Portaje hasta el Guadiloba. La construcción de una presa en el Almonte, que era la opción que hasta entonces se barajaba, se desestimó por motivos medioambientales. También se descartó una conducción desde el embalse de Alcántara y un bombeo desde el Salor.