Ya tenemos sede y me siento feliz porque es un logro de todos», dijo ayer el presidente de Hispanoamérica, Raimundo Medina. Por fin llegó el gran día, lo que tanto tiempo llevaba esperando la barriada cacereña. La concejala de Servicios Públicos, Montaña Jiménez, entregó en mano las llaves de la nueva sede vecinal a su dirigente entre los aplausos y las caras de felicidad de los más de 300 vecinos reunidos en la Casa de Cultura de Moctezuma a propósito de la celebración de las tradicionales migas de Navidad.

Nada menos que 28 años llevan los asociados reclamando un edificio que, tan solo a falta de los enganches de luz y de agua, será previsiblemente inaugurado a comienzos de año.

«Feliz, feliz en tu día», apuntó Medina recordando que la entrega de llaves coincidía con el día del Gordo de Navidad. «Hoy a nosotros también nos ha tocado la lotería», señaló el responsable de este colectivo que cuenta con más de 260 socios, que pagan 12 euros al año para el sostenimiento de la asociación.

Hispanoamérica se merecía la sede, primero por tratarse de una de las agrupaciones vecinales pioneras de Cáceres, segundo por su ingente actividad y su compromiso con la ciudad organizando anualmente el Cross Popular San Silvestre (el próximo 31 de diciembre alcanza su XXII edición y partirá a las 18.00 horas desde la plaza Mayor. Se esperan más de 7.000 participantes).

Fue siendo Carlos Sánchez Polo alcalde de la capital cacereña cuando el ayuntamiento ofreció a Hispanoamérica un solar para levantar su sede a instancias del propio Raimundo Medina, que entonces ya presidía el colectivo. Poco tiempo después el consistorio convino con los vecinos la idoneidad de ceder esos terrenos a la Junta de Extremadura para que el extinto Insalud levantara allí el Centro de Salud San Jorge a cambio de dejar un espacio libre para que la sede pudiera construirse en el futuro.

En el año 2004 Raimundo Medina remitió una carta al entonces presidente regional, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, para que los terrenos revertieran de nuevo al ayuntamiento y pudiera hacerse la sede vecinal. El proceso se dilató de forma pasmosa. Hubo gestiones por parte del gobierno de José María Saponi, que resultaron infructuosas, y no fue hasta el mandato de Carmen Heras cuando los vecinos recuperaron el terreno. De esta manera, y siendo concejal de Obras Miguel López, se comenzó el movimiento de tierras. En 2011, ya con Elena Nevado en la alcaldía, se colocó la primera piedra.

La obra de la sede vecinal fue adjudicada por 383.388,83 euros. Esta actuación ha pasado por una dilación administrativa sin precedentes que ha hecho que la asociación con más tradición de la ciudad no tuviera hasta ahora un centro propio. Es verdad que los trabajos comenzaron en 2011, pero se paralizaron a los pocos meses por problemas con la empresa adjudicataria y algunas de las contratas que trabajaban en la parcela.

El edificio, ubicado en la calle Teide, tras el centro de salud San Jorge, quedó entonces abandonado a medio construir y durante todo este tiempo el ayuntamiento ha gestionado para resolver el contrato y poner en marcha una nueva adjudicación de los trabajos que restaban por hacer.

Tal como ha venido publicando este diario, la empresa Incoc, a la que se le adjudicó la actuación, entró en concurso de acreedores y dejó la ejecución al 92%, pendiente de unos 23.000 euros para poder finalizarla. A partir de ahí, el pasado mes de junio el gobierno municipal comenzó la resolución del contrato a través del Consejo Consultivo de la Junta de Extremadura, que aceptó dicha resolución. Los vecinos ya tienen sede, ahora solo queda la inauguración oficial.