El sonido del despertador nos recuerda que la rutina está de vuelta: el trabajo, los niños, las facturas, y una larga lista de propósitos bailan al son de la alarma de turno. Queda por delante todo un año de momentos únicos e inesperados. Ya hagamos apología del optimismo o pesimismo, sabemos que la costumbre -sea mejor o peor- formará parte de nuestra agenda; dejaremos espacio tanto a aquello planificable como a lo que se nos escapa de programa.

Porque solemos dar la bienvenida a cada año con la predeterminación de hacer más que el anterior, y con la firme intención de cumplir esa lista de propósitos que sólo dura -con firmeza- las primeras semanas de enero.

Pero los hay que sí cumplen con esos propósitos, y nos marcan «x» días al año en el que disfrutar de la variedad. Se trata de todas esas instituciones, asociaciones y otro tipo de agrupaciones, que completan la agenda cultural en nuestra ciudad. Productores de eventos, empeñados en rellenar nuestras agendas con una gran variedad de planes y citas a desarrollar durante los doce meses que nos quedan.

Algunas las tenemos señaladas desde hace tiempo, y otras aparecen de manera novedosa, intentando formar parte de agendas posteriores. Todos esperamos ansiosos el contenido de las programaciones del Gran Teatro (a destacar este fin de semana la segunda edición de «Cantautaria», cita musical con fines benéficos) , y de la Filmoteca (a tener en cuenta el homenaje a Bob Dylan que -desde hoy- van a realizar a través de 9 cintas a proyectar); así como las muestras de los diferentes museos (digno de mentar «Espacios Transitorios» en el centro de artes visuales Helga de Alvear), pero sobremanera esperamos todas aquellas propuestas realizadas por pequeñas salas que, por iniciativa privada nos acercan la cultura a través de exposiciones, conciertos, lecturas y diversos movimientos escénicos, dignos de disfrutar.

Abran sus agendas, y muéstrense dispuestos a colmar de planes los siguientes 365 días (ya 352), Cáceres tiene todo un año para mostrar y volver a sorprendernos.