"Hay que valorar el enorme esfuerzo que han realizado, acudiendo cuando podían, después del trabajo e incluso con los niños". Era la idea en la que insistía ayer Jorge Durán, profesor de las tres acciones formativas que el Imas ha impartido por primera vez al colectivo inmigrantes, para favorecer su acceso al mercado laboral. "En ocasiones parecía más una guardería", bromeaba. También ayer había algún niño en el salón de actos del Imas, pero esta vez lo que tocaba era recoger los títulos que acreditan el esfuerzo y el correcto aprovechamiento de estos cursos de camarera de piso, polivalente de hostelería y ayudante de cocina. "Lo han aprovechado porque son conscientes de que les ofrece una oportunidad laboral", sostiene. Y esa oportunidad se encuentra en sector de la hostelería y llega gracias a un proyecto del Ministerio de Trabajo e Inmigración. "Hemos partido de aprender a descorchar una botella", señala sobre la metodología desarrollada.

Tras 200 horas de clases --el curso de camarera de piso-- y 400 --en el caso de polivalente de hostelería y ayudante de cocina-- ahora se enfrentan al reto de acceder al mercado laboral. Y lo hacen con nuevas armas . "Hasta ahora solo he trabajado como empleada de hogar y me gustaría hacerlo en hoteles, donde podría tener más seguridad, ir al paro si me despiden...", valora Eusebia Jiménez, que llegó a Cáceres procedente de Ecuador hace 9 años y ve con optimismo sus nuevas perspectivas laborales.

"Estudio Empresariales, pero tal y como están las cosas esto me ofrece otra oportunidad laboral". Madeleine Zang Ndong tiene 26 años y lleva 8 en España, adonde vino procedente de Gabo para ir a la universidad. Además ha participado en el curso de ayudante de cocina."No sé si encontraré trabajo, pero al menos a partir de ahora comeré mucho mejor", asegura.