50.000 espectadores asisten a los conciertos y talleres de la decimosexta edición de Womad Cáceres, cuya andadura se inició el miércoles. Según informa la agencia Europa Press, el viernes el público volvió a llenar todos los espacios escénicos, especialmente cuando fue el turno de la norteamericana Bettye Lavette, del maliense Toumani Diabaté & Symmetric Orchestra y del grupo extremeño Acetre, a quien correspondió cerrar la programación artística en un Gran Teatro repleto, según informó en nota de prensa la organización, a lo que añade un pasacalles pondrá el broche a esta convocatoria que se ha desarrollado sin incidentes. Los enérgicos Dulsori, que habían sorprendido el jueves con su espectáculo de percusiones coreanas, abrieron la jornada en la Plaza Mayor, mientras Xoia Mai desplegaba su juvenil propuesta en la Plaza de San Jorge, Pedro Peralta demostraba que es uno de los grandes valores del cante. Quien fuera baterista del gran Fela Kuti, el nigeriano Tony Allen dio una lección de afrobeat desde el escenario principal de una Plaza Mayor que vibró con el soul de la estadounidense Bettye Lavette, que firmó uno de los conciertos más brillantes de esta edición. En el mismo lugar, Toumani Diabaté y la banda panafricana que le acompaña, Symmetric Orchestra, abrieron su gira española y confirmaron que son una de las formaciones más interesantes del actual panorama de las músicas del mundo. En el Gran Teatro, antes de que el folk bilingüe de Acetre despidiera el festival, la indobritánica Sheila Chandra recorrió, con su voz, un repertorio que viaja desde India a Gran Bretaña pasando por el mundo árabe, y los hermanos Joubran cautivaron con el sonido de sus ouds -que en algunos momentos sonaron como si de guitarras flamencas se tratara- a la audiencia. Por su parte, en San Jorge, sonaron las melodías africanas de Muntu Valdo (Camerún) y N'Faly Kouyate (Guinea Conakry).