"Me enamoré de aquel colegio. Entonces teníamos pocos recursos materiales. Pero yo me sentía rico. Allí aprendí a amar el arte de la mano de doña Cecilia Cruz, que fue capaz de introducirnos en el mundo de los cuadros sinópticos y los dibujos. Aunque no puedo olvidarme de don Miguel Angel Muriel, de don Claudio Porras,... ¡son tantos!". La melancolía invade al director del museo Vostell-Malpartida, José Antonio Agúndez, cuando es preguntado por este periódico sobre su estancia en el centro. Se nota en su voz que está orgulloso de pertenecer a ese grupo selecto de antiguos alumnos porque allí, dice, conoció a los que hoy continúan siendo sus amigos.

Agúndez estuvo en este colegio que entonces se llamaba Licinio de la Fuente , porque fue inagurado por el que fuera gobernador civil de ese mismo nombre. Entró cuando tenía seis años, en 1969. "Fueron años maravillosos, a pesar de que todavía existían aquellos profesores que pensaban que la letra con sangre entra", cuenta. Después de tanto tiempo ha tenido la oportunidad de volver a su centro porque sus dos hijas han estudiado allí: "Es increíble ver cómo tus hijos tienen los mismos profesores que tú 28 años después. Incluso siguen las peñas con las que nos hemos hecho miles de piteras", recuerda mientras se ríe como si visualizara alguna de las trastadas que hiciera con sus compañeros de batallas.

Agúndez no fue el único que pasó por las aulas de Los Arcos . El obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, también forma parte de la historia de este colegio: "Entrar de nuevo en el colegio en el que me eduqué y en el que conocí a los que todavía son mis amigos me trae recuerdos muy entrañables", dice el obispo, que no quiere terminar la conversación sin mencionar a doña Isabel Alcántara: "Esa profesora me marcó en mi época preadolescente. Era muy abierta y moderna. Por aquellos años recuerdo que cada día nos enseñaba las noticias de los periódicos, nos hablaba de la bolsa,... un mundo entonces desconocido".

Estas son algunas de las historias contadas en primera persona por los que fueron los protagonistas de un colegio que ahora cumple 50 años. De 1959, cuando se creó, solo se conservan seis aulas. Todo lo demás es posterior. Incluso el nombre, ahora se llama Los Arcos .

Para celebrar las bodas de oro, el centro ha editado un libro histórico que recoge experiencias y fotografías inéditas: "Va a quedar como archivo histórico no solo para Malpartida, sino para la historia de la educación en Extremadura", cuenta el actual director, Marciano Jiménez, uno de los que impulsó la idea de celebrar por todo lo alto el cumpleaños del colegio en el que lleva 17 años.

Se han editado 2.500 ejemplares, pero se les escapan de las manos, porque todos los habitantes del pueblo quieren tener uno: "Vienen señoras buscándolo porque salen sus hijos. Es increíble la ilusión que tienen todos", comenta el director.

Pero este proyecto no ha sido solo de antiguos alumnos y profesores. Los actuales alumnos han querido felicitar a su colegio en el que quieren, como dice uno de los niños, "disfrutar de las peñas y patios donde cuentan los mayores que corrían, que saltaban, que jugaban a los bolindres y a las peonzas" y que todavía hoy existen.