Ayer no hubo hora y media de gimnasia, ni tres horas y media de orden de combate o tres de clases teóricas de armamento, tiro o legislación. Ayer tocaba saborear el resultado de cuatro meses de instrucción, "algunas veces en condiciones especialmente duras", reconocía el coronel del Cefot número 1 de Cáceres, José María Iglesias, en el discurso que pronunció como colofón del acto de clausura y despedida a los 576 alumnos del único ciclo de 2013.

Hoy ya son soldados con destinos --se incorporarán en marzo, tras una semana de descanso-- en distintos puntos de España (Regulares de Melilla, Regimiento Galicia 64 de Jaca, Regimiento América 66 de Pamplona, Sicilia 62 de San Sebastián, Arapiles 62 en Gerona o Barcelona, Garellano 45 en Vitoria o La Reina en Córdoba). Por eso el responsable de la base también les lanzó "una petición especial", y añadió: "recordad siempre y sed embajadores del Centro de Formación de Tropa número 1, recordad el esfuerzo que se ha realizado para daros la mejor formación (...) y sobre todo recordad a vuestros compañeros de fatiga. Porque el vínculo de amistad que habéis creado posiblemente permanezca para siempre", aseveró.

La rutina del último día había comenzado con el ensayo del acto de entrega de diplomas a las 8.00 horas. "Es el único que se ha hecho porque tras cuatro meses aquí no lo necesitan", señalaba el subteniente Alberto Mateo, mientras se llevaba a cabo la entrega de diplomas en la plaza Real del Cefot.

Todos irán a Infantería Ligera. "Es lo más sufrido, pero donde más plazas se necesitan porque son las unidades que acuden a las misiones", reconocía el subteniente. Y llegarán a esos destinos como una de las promociones con más formación. Entre los 574 alumnos que han pasado en este ciclo hay ingenieros, arquitectos y titulados en Física o Química. El arco de edad también es mayor (de 19 a 29 años) y se mantiene la cifra de mujeres, 24 en este grupo.

En marzo llegarán a su nueva vida. Pero ayer, tras el tradicional lanzamiento de las boinas, comenzaron los abrazos, las lágrimas y también las prisas por iniciar la semana de vacaciones. Al otro lado de la valla, esperaban también nerviosos algunos familiares. Uno a uno fueron saliendo, cargados con cuatro meses aprendizaje y convivencia. Y tras el último, el Cefot se quedó en silencio. Ya falta menos para el 16 de junio.