Un vecino de Alcuéscar ha sido condenado por un delito de allanamiento de morada a realizar 90 jornadas de trabajo en beneficio de la comunidad, según una sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial que se ha dictado de conformidad con el acusado y que se hizo pública ayer. La casa que asaltó fue la de su exmujer, que ya le había denunciado por maltrato y de la que estaba separado desde el 2007. Ya había sido condenado por lesiones contra la mujer.

Los hechos ocurrieron el 24 de diciembre del año pasado a las once de la noche. El procesado se acercó al antiguo domicilio familiar de Alcuéscar, donde además de la exmujer vive su hija, y tras abrir una ventana fracturando un cristal, penetró en el interior y se mantuvo allí a pesar de que fue advertido por su mujer que debía abandonar la vivienda.

Tuvo que hacer acto de presencia una patrulla de la Guardia Civil para sacarlo de la casa, que él insistía que era suya. Ese día el acusado estaba borracho, lo que se ha considerado como atenuante en el fallo judicial. De hecho el hombre sufre una antigua adicción al alcohol que, según el tribunal, le causa una visión deformada de la realidad y a actuar de forma impulsiva.

ALEJAMIENTO El tribunal, que ante la conformidad con la pena suspendió la celebración del juicio con jurado que debía en principio enjuiciar la causa, le ha condenado a tres meses de prisión, que se sustituyen por tres meses de trabajos sociales en beneficio de la comunidad.

Además, se le prohíbe el acercamiento a este domicilio a menos de 50 metros durante dos años. También, se le prohíbe la comunicación por cualquier medio o procedimiento con su exesposa o hija durante el mismo periodo. Por último, se le han impuesto las costas del juicio, aunque el tribunal ha aprobado la declaración de insolvencia del procesado.