Desde que llegaron a sus nuevas casas, hace dos años, en las calles Miguel Ortí Belmonte y Pedro de Ibarra en el barrio de La Mejostilla, los vecinos de estas 96 viviendas sociales han visto como los bloques y la zona se ha ido deteriorando, hasta tal punto que temen que se pueda convertir en un nuevo caso de bloque C, y a la hora de hacer esta denuncia prefieren mantener su anonimato por miedo a las represalias.

Es frecuente ver, aseguran, a un coche sin matricula al que se acercan a comprar droga y a jóvenes haciendo botellón en la plazoleta y fumando porros, además se quejan del ruido hasta altas horas de la noche y de la suciedad de la zona. En numerosas ocasiones han llamado a la policía, pero la situación se repite cada día y dicen sentirse "indefensos".

Los vecinos de estos bloques están en régimen de alquiler y a los cinco años podrán acceder a la compra de la vivienda, pero muchos aseguran que ya no tienen tan claro que quieran seguir viviendo aquí si no se actúa para que la situación mejora. Algunos de ellos procedían de Las Minas y dicen que "aquí nos hemos encontrado más vandalismo". Los garajes son uno de los principales objetivos de los actos vandálicos y a casi todos los inquilinos les han rajado las ruedas del coche alguna vez. Además dicen que aunque la mayoría de los vecinos son gente trabajadora hay algunas familias conflictivas y que se niegan a pagar la comunidad o están de manera ilegal, asunto por el cual la Junta de Extremadura ha abierto 10 expedientes de desahucios en los bloques.

La administración regional es la propietaria de las viviendas y los vecinos le han pedido responsabilidades para que "no abandone", los pisos. Así han solicitado poder cerrar con una reja la entrada a los bloques y dividir los garajes para tenerlos más controlados, a lo que según indican, la Junta se ha negado, aumentando la impotencia de estos vecinos.