El dueño y el encargado del bar Italia, ubicado en la barriada del mismo nombre, han sido absueltos por falta de pruebas del delito de tráfico de drogas del que habían sido acusados y por el que se enfrentaban a diez años de prisión cada uno, según una sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial hecha pública ayer. El fiscal había solicitado además la clausura del establecimiento también durante diez años.

El tribunal considera en su fallo que en ningún momento se ha podido acreditar que los dos procesados, J. L. P. B. y A. C. H., se dedicaran a vender cocaína en el establecimiento, ubicado en el número 3 de la calle Reconquista, aunque se hallaran en él tres papelinas, una balanza de precisión y algunos envoltorios cuando la Policía Nacional arrestó a los imputados y registró el local.

"DESIERTO DE PRUEBAS" De hecho, la presidenta de la Sala y ponente en la sentencia, la magistrada María Félix Tena, reconoce en la misma que en este caso "tenemos un desierto de pruebas" que impiden sostener que en el bar se estaba vendiendo cocaína, lo que supone un revés tanto para la Policía Nacional que llevó a cabo la operación antidroga como para la Fiscalía que formuló la acusación sin pruebas suficientes para sostenerla.

Tanto es así, según explica la magistrada en los fundamentos jurídicos del dictamen, que ningún testimonio acredita el delito de tráfico de droga, ni el que prestaron en el juicio celebrado la semana pasada los policías que participaron en las detenciones y registro del establecimiento ni el de los supuestos consumidores de cocaína a los que se les intervinieron papelinas. Precisamente estos últimos declararon que la droga no la habían adquirido en el bar, lo que ha reforzado la tesis exculpatoria. Además, los policías tampoco habían presenciado ningún traspaso de la droga.

INDICIOS INSUFICIENTES Se hace hincapié también en el desconocimiento absoluto por quién era realmente el que vendía la droga, si es que se vendía, si el encargado del bar, el propietario o los dos. Por lo tanto, según el tribunal, solo habría indicios de esa venta pero insuficientes para condenar a los procesados.

"El único indicio --dice la sentencia-- es la existencia de balanzas, una en la cocina y otra en un coche, pero (...) no es suficiente para dar por probado que esa sustancia estaba destinada a la venta, que esa venta se hacía en el bar y que los autores sean los dos acusados". De ahí que finalmente se les absuelva. El encargado del bar, J. L. P. B., estuvo detenido por esta causa dos días.