Quien diga que la feria no es para mayores, se equivoca. Prueba de ello son los más de 600 abuelos que ayer se dieron cita en la caseta municipal para disfrutar de la fiesta de la tercera edad. "Todos los años dentro de la feria de Cáceres se reserva un espacio para los mayores, es su día, su tarde", explicó la concejala de Asuntos Sociales en el ayuntamiento, Basilia Pizarro, quien destacó la excelente respuesta de los protagonistas de la jornada año tras año. "A ellos lo que sea música, diversión y baile, les encanta", añadió.

Tan sólo unos minutos después de la siete de la tarde, la caseta estaba a tope. Para abrir boca, unos bocadillos de pan de molde, pasteles y refrescos. Los mayores sentados por grupos en las mesas daban buena cuenta de la merienda que les habían preparado. A muchos de ellos les servía para tomar fuerzas antes de lanzarse a la pista de baile, la parte estrella de la fiesta. "Lo que más nos gusta es el baile", decía un grupo de abuelos dispuesto a apurar la jornada festiva, que estaba previsto que se prolongase hasta aproximadamente las once de la noche. "Tienen mucha, mucha, mucha cuerda", reconoció Basilia Pizarro, satisfecha por el buen ambiente que se respiraba en la caseta municipal.

Gorras y abanicos

También es costumbre que los asistentes reciban un pequeño obsequio por parte de la Concejalía de Bienestar Social. La propia edil del área fue la encargada, junto a otros miembros de la organización, de repartir abanicos entre las damas, y gorras entre los caballeros.

Antes de que los abuelos emulasen a Fred Astaire y Ginger Roger en la pista de baile, pudieron disfrutar del espectáculo Raíces Flamencas , del ballet de Caty Palma.

Los mayores dieron por acertado el acento cacereño que este año decora la entrada y las casetas instaladas. Orgullosos de presumir de la tierra, algunos lo único que echaban de menos es que no hubiera más jornadas dedicadas a la tercera edad. "Tenemos mucha marcha", aseguró uno de ellos.