El incremento del número de pedigüeños en Cáceres, especialmente personas procedentes del Este, ha originado un gran número de quejas ciudadanas por la actitud agresiva que muestran algunos de ellos si no logran su correspondiente limosna.

Cada día aumenta la cifra de ciudadanos que hacen llegar a la comisaría sus quejas por "el acoso" al que son sometidos cada vez que se encuentran con estos pedigüeños; la policía conoce este problema, aunque admite que la solución no es fácil. En la actualidad, según dichas fuentes, en la ciudad hay asentadas unas 16 familias de rumanos. Aparentemente, su única dedicación es la mendicidad, practicada sólo por las mujeres; pero, según las fuentes consultadas, existe indicios de que detrás pueda ocultarse algo más.

CUMPLIR LA LEY

La mayoría se localiza en caravanas o carromatos, pero la policía también tiene constancia de que algunos han alquilado viviendas en diferentes barriadas de la ciudad.

La práctica de las mujeres es la mendicidad, "de manera excesivamente persuasiva", especialmente en bares y cafeterías, pero en los últimos días se han trasladado a los estacionamientos de las grandes superficies comerciales, donde el acoso a sus víctimas se hace aún mayor. Así lo denuncia un afectado, que asegura que en los aparcamientos "te abordan con insistencia y has de vigilar para evitar que se lleven algo del carro mientras cargas el coche. Lo más molesto es que si no les das nada se muestran muy agresivas".

Pero la actuación policial es difícil, "ya que sólo es posible si cometen algún delito o utilizan a niños para practicar la mendicidad". Según las fuentes consultadas, con estos ciudadanos hay que actuar como se hace con cualquier extranjero que llega a nuestras ciudades. Si disponen de pasaporte les está permitida una estancia de tres meses. Pasado este plazo, si no legalizan su situación, se les incoa un expediente de expulsión y están obligados a abandonar el país de forma inmediata. "Con los asentados en nuestra ciudad lo único que puede hacerse ahora es esperar el vencimiento de estos plazos y, mientras tanto, someterles a una vigilancia permanente, simplemente como medida preventiva", concluyen.