El vecino de la localidad de Cabezuela del Valle que ayer fue juzgado en la Audiencia Provincial por apuñalar a un convecino al que casi causó la muerte, aseguró al tribunal que no recordaba nada de lo sucedido. Dijo estar muy bebido en el momento de los hechos, por lo que manifestó no ser consciente de haber apuñalado a nadie y, menos aún, de por qué lo hizo.

Enrique G. D., de 62 años, apuñaló la tarde del 4 de diciembre del 2004, en el bar Dolar de su localidad, a Antonio S. S. Tanto la acusación particular como el fiscal manifestaron ayer en el juicio su consideración de que el procesado actuó con alevosía, que clavó la navaja a su víctima de forma sorpresiva y sin darle posibilidad de defensa.

Por ello, ambos le acusan de un delito de intento de asesinato, aunque el fiscal considera de aplicación la atenuante de reparación del daño, ya que Enrique G. ya pagó a Antonio S. 4.000 euros, la cantidad en que se estimó debía indemnizarle por los daños causados, y pide una condena de 9 años de prisión. La acusación solicita 10 años y 18.000 euros de indemnización.

La defensa, por su parte, considera que sólo se le puede acusar de un delito de lesiones graves, "pues no hubo intención alguna de matar". Esta afirmación la basó la letrada de la defensa en el hecho de que "ni el acusado ni ningún miembro de su familia mantenía relación alguna, ni buena ni mala, con la víctima o su familia, y por tanto no tenía motivo alguno para agredirle, algo que ha quedado demostrado hizo sin ser consciente y a consecuencia de su estado de embriaguez, en el que todos los testigos, incluido la víctima, han reconocido que se encontraba en el momento del suceso".

Considera, en base a ello, que no se le puede imputar un delito de intento de asesinato, ni tan siquiera de intento de homicidio, "sólo se le puede acusar de un delito de lesiones graves", y solicita una condena nunca superior a dos años de prisión.