La agresión que hace tres años sufrió un joven, al que en un bar de copas, de madrugada, otro joven le golpeó en la cara con un vaso de cristal y le estalló el globo ocular, se hizo ayer de nuevo actualidad en la sala de de vistas de la Audiencia Provincial.

En el banquillo de los acusados se sentaba Carlos E. L. P., el joven boliviano al que se acusa de la agresión, ocurrida el 23 de noviembre del 2007 en un bar de la localidad de Plasencia, y que se enfrenta a una pena de 8 años de prisión. El fiscal le imputa un delito de lesiones, pero él se declara inocente.

Así lo hizo en el juicio, en el que aseguró de forma insistente que él no lo hizo. "Yo no pude ser el autor de esta agresión porque cuando ocurrió yo ya no estaba en Plasencia", señaló, haciendo constar seguidamente que se había marchado en septiembre a San Sebastián, donde residían unos familiares. Lo hizo, "porque en Plasencia no había trabajo y mi tia le dijo a mi madre que allí sí había y se ganaba más, no porque quisiera huir, como se ha dicho, pues además fue antes de que ocurrieran estos hechos".

El negó una y otra vez ser el autor de la agresión, pero su presunta víctima, David M., se mostró por su parte igualmente insistente en señalarle como el autor. "Fue él, no tengo ninguna duda", aseguró una y otra vez. Ya en la rueda de reconocimiento había identificado "sin ninguna duda" a Carlos E. P. como su agresor, y ayer en el juicio volvió a hacerlo, como también lo hicieron los amigos que se encontraban con él en el momento de la agresión y que ayer declararon en la vista como testigos.

CUESTION DE ALTURA El abogado defensor del acusado, el letrado cacereño Angel Luis Aparicio, que pidió la absolución del Carlos E. "por no estar acreditado que él sea el autor material de estos hechos", cuestionó la identificación que de este hicieron tanto el joven víctima de la agresión como los amigos que declararon como testigos.

Lo basó en el hecho de que en todas las declaraciones realizadas ante la policía y en los juzgados unos días después de la agresión "todos describieron al agresor como un joven de unos 24 o 25 años, delgado y alto, de entre 1,80 y 1,85 de estatura, y Carlos tenía cuando ocurrieron los hechos 18 años recién cumplidos y, como puede apreciarse, su estatura no supera el 1,63".