En la Audiencia Provincial de Cáceres, por Tribunal del Jurado, comienza hoy el juicio contra el súbdito marroquí Ahmed Benali, acusado de violar y matar a su casera, de 85 años, suceso ocurrido en Plasencia hace casi dos años.

Tras el juicio, para el que hay señaladas dos jornadas, y que se abrirá a las diez de la mañana de hoy con la selección de los nueve miembros (más dos suplentes) que integrarán el jurado popular que lo juzgará, será este el que tendrá que determinar si en la mañana del 3 de agosto del 2008 el acusado --en prisión provisional desde entonces-- entró en la vivienda de su casera, una mujer viuda de 85 años, y la violó antes de quitarle la vida y posteriormente robarle.

Tanto el fiscal como la abogada de los dos hijos de la fallecida, personados en la causa como acusación particular, sí consideran que lo hizo Ahmed Benali, y por ello le imputan tres delitos: asesinato, agresión sexual el fiscal y violación la acusación particular, y robo.

Ambas partes acusan al procesado de la comisión de los mismos delitos, pero mientras la Fiscalía solicita para el acusado una condena total de 35 años de prisión --18 años por el asesinato, 14 por la agresión sexual y 3 por el robo--, la acusación particular pide 45 años --25, 15 y 5 años respectivamente--.

También varia lo que, en concepto de responsabilidad civil, solicita cada parte como pago de indemnización a los dos hijos de la fallecida: 100.000 euros el fiscal --50.000 euros a cada uno-- y 120.000 la acusación particular --60.000 a cada uno--.

LOS HECHOS Sucedió en Plasencia. El procesado, que entonces contaba 41 años y vivía de alquiler en el 2º piso de la calle Pedro Paniagua, acudió a primera hora de la mañana del 3 de agosto del 2008 a la vivienda de su casera, que ocupaba el primer piso del mismo inmueble, ambos de su propiedad. La anciana le dejó entrar, sin temer nada, pues al ser su inquilino pensó que iba a pagarle alguna de las mensualidades que le debía por el alquiler.

Una vez en el interior, recoge el fiscal en su escrito de calificación de los hechos, "movido por el ánimo de satisfacer unos deseos sexuales, llevó a la mujer a su dormitorio, la lanzó sobre la cama y tras vencer la resistencia que la misma ofrecía la agredió sexualmente". A continuación, "con ánimo de acabar con su vida, comenzó a golpearla brutalmente en la cabeza"; y acto seguido, "aprovechando que se encontraba gravemente herida, postrada sobre la cama y totalmente indefensa, cogió un cojín, lo colocó sobre la boca y nariz de su víctima y presionó con fuerza hasta asfixiarla".

El fiscal concluye el relato de los hechos indicando que, finalmente, el acusado, "actuando con total impunidad, y con la finalidad de apoderarse de cuanto fuera de su interés, procedió a registrar la vivienda, apoderándose de 300 euros que Inés tenía guardados en un sobre".