Los acusados de violar a una mujer en el parque de los Fratres aseguran que se lo inventó. Fueron juzgados ayer en la Audiencia Provincial de Cáceres y ambos, de nacionalidad rumana y hermanos entre sí, negaron los hechos que se les imputan.

El Ministerio Público asegura que uno de ellos fue el que la violó primero detrás de unos setos, obligándola para ello a beber alcohol. Mientras, el otro la agarraba y vigilaba que no apareciera nadie. Este último, sostiene el Fiscal, no llegó a violarla aunque sí a tocarle una de sus partes íntimas. Durante la violación, según el Ministerio Público, le hicieron varios cortes con una navaja y al terminar la amenazaron con ir a buscarla si lo contaba (la obligaron a escribir su dirección en un papel). La víctima, que declaró a puerta cerrada (la magistrada obligó a desalojar la sala para proteger su intimidad), mantiene la misma versión que la Fiscalía.

Los dos hermanos defendieron ayer que esa relación sexual entre la víctima y uno de ellos efectivamente existió, pero que fue "consentida". Hubo varias contradicciones entre las versiones de ambos y momentos en los que prácticamente no se les entendía, ya que no manejan bien el idioma castellano.

EN UN BAR ABANDONADO Primero declaró el mayor de ambos, que fue quien mantuvo la relación sexual con la víctima. Había venido a Cáceres para trabajar en la campaña de la cereza. Dijo que el acto sexual no se llevó a cabo en el parque, sino en el interior de un bar abandonado que hay por esa zona (el antiguo Kelly's). Esta versión también la confirmó su hermano. Sin embargo, en la declaración que realizó en sede judicial en el momento de su detención, negó que hubiera mantenido un encuentro con esta mujer. Dice que lo obvió "por miedo", porque le habían dicho que "esta persona había denunciado a mucha gente por lo mismo".

Ayer negó también que la hubiera obligado a beber alcohol y que le hiciera cortes con una navaja (el Fiscal y la víctima sostienen que le realizó varios cortes en los brazos y en los glúteos y que le rajaron la ropa). Desmintió también que él obligara a su hermano pequeño a violarla, porque asegura que éste no estaba delante cuando se produjo el acto sexual, y que ambos la amenazaran.

El cree que la víctima se ha inventado la denuncia por despecho, porque asegura que ella estaba enamorada de él y que en alguna ocasión le pidió que se casara con ella. Dijo que la mujer se enfadó aquel día, tras mantener relaciones sexuales, porque le pidió irse con él a Plasencia a la campaña de la cereza y él se negó. Asegura que la dirección la escribió ella y se la dio para que fuera a verla cuando volviera de Plasencia. El abogado de la defensa mostró un papel que ella le escribió a él diciéndole que le quería. Este documento fue reconocido por la víctima.

La misma versión sostiene el otro acusado. Sin embargo entre ambos no se ponen de acuerdo en las veces que el hermano mayor mantuvo relaciones sexuales con la víctima: uno dice que "dos veces" y el otro que "tres o cuatro". Ambos niegan también que después de los hechos limpiaran a la víctima con una botella de agua, como afirma ella.

Los policías que atendieron a la mujer el día de los hechos declararon que presentaba sangre en los brazos y que estaba "muy nerviosa". Los forenses aseguran que los cortes eran superficiales y recientes y que en la inspección posterior a los hechos "no se observó desgarro vaginal". Aunque sí se encontró ADN de uno de los acusados en el cuerpo de la víctima. En la navaja con la que presuntamente cortaron a la mujer solo se encontró el ADN de esta en el mango y no en el filo. El juicio quedó ayer visto para sentencia.