El malestar vuelve a hacerse presente en las dependencias de la policía local. La causa, la reorganización de los servicios que se ha llevado a cabo y que entrará en vigor el próximo 1 de noviembre, una reorganización que las organizaciones sindicales aseguran ha hecho de forma "arbitraria e injustificada" el inspector-jefe, mientras que este la ha justificado en la necesidad de mejorar y compensar los servicios, según le indicó al concejal delegado de Régimen Interior, Valentín Pacheco.

Puntualizando que los sindicatos "no tenemos nada que decir" en cuanto a la organización y la administración de la plantilla que quiere hacer la Jefatura de la Policía Local, Jesús Solana, delegado sindical de CSI-F, indicó a este diario en nombre también de CCOO y FSP-UGT, que lo que sí consideran que deben exigir es que para hacerlo se sigan "unos criterios objetivos" y "no el dedazo, que es lo que viene haciendo y pretende hacer una vez más el inspector-jefe, cambiar a dedo, según su criterio y sin dar explicaciones".

Por ello, las tres organizaciones sindicales con representación en el ayuntamiento han denunciando conjuntamente que lo que quiere el inspector-jefe de la policía local es aplicar "de manera unilateral y sin la negociación preceptiva" una serie de modificaciones en las condiciones de trabajo de algunos policías --son 16, entre agentes y oficiales, los afectados--, y ello "vulnerando los derechos que estos tienen reconocidos en el acuerdo-convenio que regula las relaciones laborales entre trabajadores y ayuntamiento".

Y, además, añadieron, "no solo se permite el lujo de pisotear los derechos de los trabajadores a su cargo", sino que "discrimina a parte de la plantilla por razón de su sexo y vulnera derechos reconocidos como la conciliación de la vida familiar y laboral".

Todo ello, hicieron constar, "ha creado un gran malestar en la plantilla", que lo único que pide es que se sigan criterios objetivos a la hora de efectuar los cambios, pues de lo contrario "está dispuesta a adoptar las medidas necesarias para evitar esta injusticia provocada por un capricho del jefe".

POSTURAS

Para evitar problemas mayores y enfrentamientos no deseados, las tres organizaciones sindicales se han unido para pedir a los responsables políticos que no sean "cómplices del jefe de la policía local" en estos cambios "injustos e injustificables" que, insistieron, "han sido realizados a dedo, siguiendo criterios subjetivos que no ofrecen las más mínimas garantías de imparcialidad y legalidad".

Y tras señalar que desconocen las "razones reales" que han motivado al máximo responsable de la policía a llevar a cabo estos cambios, aseguraron que de lo que no les cabe duda "es que en ningún caso van encaminados a la mejora del servicio que se presta a los ciudadanos".

Pero no es esto lo que mantiene el inspector-jefe, no es lo que le transmitió al concejal delegado cuando le anunció los cambios previstos. Según recordó ayer a este diario Valentín Pacheco, por parte de la Jefatura se le informó de que era necesario llevar a cabo una serie de cambios en los seis grupos de trabajo con que cuenta la policía "porque había ciertos desajustes y estaban descompensados, debido a diversas causas, como bajas...", y porque estos cambios "supondrían mejoras en los servicios".

Ante esta explicación "dimos el visto bueno a la reorganización propuesta", concluyó el concejal, que mostró seguidamente su sorpresa por las denuncias de las organizaciones sindicales. Y ello porque según señaló "el movimiento de agentes que está previsto no supone cambios ni en los horarios ni en los turnos", y además es algo que el inspector-jefe "tiene potestad para hacer, pues no hay criterios prefijados ni existe ningún protocolo que establezca cómo se han de hacer los cambios".

No obstante, Pacheco aseguró estar dispuesto a atender y estudiar los casos de aquellos agentes que consideren que con los cambios se vulneran sus derechos